La familia de Agustín Gallo, desaparecido en la frontera entre Cúcuta y Táchira, denuncia la falta de respuestas por parte de las autoridades. La incertidumbre y el silencio oficial agravan la situación.
Kevin Gallo, hermano del gendarme argentino Agustín Gallo, secuestrado en Venezuela, expresó la difícil situación que atraviesan él y su familia. En declaraciones a medios televisivos, confirmó que no tienen noticias de su paradero desde hace una semana y que el teléfono del agente fue confiscado al momento de su desaparición.
Según el relato de Kevin, Agustín había viajado al país caribeño para reunirse con su esposa y su hijo. Su recorrido incluyó un trayecto terrestre entre Cúcuta (Colombia) y Táchira (Venezuela), donde fue interceptado por seis hombres que lo subieron a una camioneta negra sin identificación. “Se lo tragó la tierra”, lamentó su hermano.
La poca información con la que cuenta la familia provino de un remisero que acompañaba a Gallo. El chofer relató que los captores le quitaron el celular al gendarme y luego lo obligaron a bajar del vehículo. Antes de ser llevado, Agustín logró pedir prestado un teléfono y comunicarse con su esposa para avisarle que “se lo estaban llevando”.
La esposa del gendarme presentó denuncias en distintas jurisdicciones de Venezuela, pero hasta ahora no han recibido novedades sobre su paradero. Por su parte, la familia recurrió a Gendarmería Nacional y a la Cancillería Argentina, pero las respuestas han sido insuficientes. “Nos dijeron que estaban trabajando en el caso, pero no nos dicen nada. Mi mamá no puede ni hablar”, señaló Kevin.
Agustín Gallo, quien presta servicio en Mendoza, había viajado de vacaciones para encontrarse con su pareja, que se encuentra en Venezuela desde julio. La familia clama por información y acciones concretas para localizarlo y poner fin a esta angustiante situación.