Un hombre embistió a una multitud y disparó en una de las zonas más concurridas de Nueva Orleans. La alcaldesa LaToya Cantrell calificó el hecho como un “ataque terrorista”, mientras el FBI investiga posibles explosivos en el lugar.
Nueva Orleans vivió una tragedia en Año Nuevo cuando, alrededor de las 3 de la madrugada, un vehículo embistió a una multitud en la intersección de Canal y Bourbon Street , en pleno Barrio Francés. El conductor no solo atropelló a decenas de personas, sino que también disparó contra la policía, dejando un saldo de 10 muertos y más de 30 heridos , según confirmaron las autoridades locales.
La alcaldesa LaToya Cantrell no dudó en calificar el incidente como un acto de terrorismo: “Sabemos que la ciudad de Nueva Orleans se vio golpeada por un ataque terrorista”. La jefa de la Policía, Anne Kirkpatrick, describió al agresor como un hombre con claras intenciones de causar una masacre: “Conducía una camioneta a alta velocidad, rodeando barricadas y tratando de atropellar a la mayor cantidad de personas posibles”.
Durante el ataque, el hombre disparó contra los agentes, contratando a dos policías que se encuentran fuera de peligro. Tras el enfrentamiento, la camioneta fue inspeccionada por el FBI ante la sospecha de explosivos. Las autoridades aún no han confirmado si el atacante está detenido.
Testimonios de desgarradores
Whit Davis , una joven de 22 años que estaba en un boliche cercano, relató el caos que vivió: “Todos empezaron a gritar ya correr. Cuando finalmente salimos, vimos cadáveres y muchas personas recibiendo primeros auxilios”. Por su parte, Kim y Nicole Mowrer , turistas de Iowa, describieron cómo el vehículo atravesó una barrera a gran velocidad antes de que el conductor comenzara a disparar. Intentaron asistir a las víctimas, pero se encontraron con varias personas ya sin vida.
Reacción oficial
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry , expresó su consternación en redes sociales: “Un horrible acto de violencia tuvo lugar en Bourbon Street esta mañana. Rezamos por las víctimas y los socorristas”. Las autoridades pidieron a la población evitar la zona mientras se llevan a cabo las investigaciones.
El ataque dejó una marca imborrable en una de las ciudades más icónicas de Estados Unidos, en un día que debía ser de celebración, convirtiéndolo en una jornada de luto y consternación.