La segunda y la tercera votación del día repitieron el mismo resultado que la primera: humo negro en la chimenea de la Capilla Sixtina. Los 133 cardenales electores volverán a reunirse por la tarde; el nuevo papa necesita 89 votos y la plaza de San Pedro aguarda con expectativa.
Ciudad del Vaticano.
El Vaticano amaneció otra vez sin papa. Un espeso humo negro —la señal inequívoca de que no hubo consenso— se elevó antes del mediodía desde la chimenea instalada sobre la Capilla Sixtina y desató una mezcla de aplausos, suspiros y decepción entre las más de 11.000 personas que colmaban la plaza de San Pedro.
Tres votaciones, cero acuerdos
Composición del cónclave: 133 cardenales electores procedentes de todo el mundo.
Mayoría necesaria: 89 votos (las dos terceras partes), de acuerdo con la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
Balance hasta ahora: tres escrutinios (uno el miércoles por la noche y dos este jueves por la mañana) y tres fumatas negras.
Las últimas papeletas salieron de la estufa vaticana a las 11.55 (hora local) y ardieron junto con los productos químicos que tiñen la humareda de negro, confirmando que ninguno de los nombres que circulan —desde el italiano Matteo Zuppi hasta el filipino Luis Antonio Tagle— alcanzó el umbral requerido.
Próximo intento
Tras el almuerzo en la residencia de Santa Marta, los purpurados volverán a encerrarse a las 16.30 para celebrar dos votaciones más. Si tampoco allí surge el consenso, el proceso se reanudará mañana con el mismo ritmo: dos escrutinios por la mañana y otros dos por la tarde, seguidos cada vez de la tradicional fumata.
Expectativa en la plaza y fuerte operativo
La Jefatura de Policía de Roma contabilizó unas 10.000 personas dentro de la plaza y otras 1.000 en las calles aledañas, pese al control estricto de bolsos, detectores de metales y barreras antiterroristas. Se espera que la convocatoria sea aún mayor hacia la tarde, cuando la chimenea vuelva a convertirse en protagonista.
Lo que dice la normativa
Si al cabo de 33–34 votaciones (once ciclos de tres escrutinios) persiste el empate, la normativa permite pasar a una segunda instancia en la que se vota entre los dos cardenales más respaldados, pero éstos pierden el derecho a sufragar. Por ahora, el cónclave apenas transita su segunda jornada y los márgenes de negociación siguen abiertos.
Qué puede pasar
Fumata blanca: se elige papa y las campanas de San Pedro repican al unísono.
Nueva fumata negra: el proceso continúa mañana.
Empate sin precedentes prolongado: se habilitaría la instancia de balotaje prevista por Juan Pablo II y ratificada por Benedicto XVI.
Mientras tanto, Roma ajusta su dispositivo logístico para una eventual misa de entronización que podría celebrarse ya la próxima semana si aparece el consenso. Por ahora, todo sigue en suspenso dentro de los frescos de Miguel Ángel.