José “Pepe” Mujica, el expresidente uruguayo que falleció este lunes a los 89 años, dejó una huella imborrable en San Luis. Su visita en 2022, donde fue ovacionado de pie y habló de esperanza y lucha, quedó grabada en la memoria de quienes lo escucharon bajo el cielo ventoso del Anfiteatro Ave Fénix.
La muerte de José “Pepe” Mujica, el expresidente uruguayo que falleció este lunes a los 89 años, conmovió a toda América Latina. En San Luis, su partida reavivó el recuerdo de aquel día de octubre de 2022, cuando fue ovacionado de pie por una multitud de puntanos que colmaron el Anfiteatro Ave Fénix.
Fue su única visita a la provincia y, sin saberlo entonces, uno de sus últimos viajes fuera de Uruguay. Mujica llegó acompañado por su compañera de vida, Lucía Topolansky, y ambos fueron recibidos como héroes populares. Ella fue ovacionada al entrar al predio mientras sonaba la música de Algarroba.com, y él, con su voz pausada y su mirada serena, cautivó a las más de 3.500 personas que lo escucharon.
Ese día, el exmandatario uruguayo recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de San Luis y fue declarado huésped de honor por el Gobierno provincial. Pero más allá de los honores, lo que quedó grabado fue su mensaje, cargado de humildad y sabiduría.
“Agradezco al pueblo de San Luis, este cacho de pueblo argentino”, dijo con su estilo directo y sin artificios. Luego, entre sonrisas, agregó: “Estoy un poquito usado, pasado de años, y las emociones hay que graduarlas”, mientras el público lo aplaudía de pie.
Esperanza y lucha: el legado de su mensaje
Durante media hora, de pie y sin descanso, Mujica habló de las necesidades humanas, el dolor social de América Latina y la importancia de la esperanza como un deber colectivo. “Nada se superará si los hombres no luchamos y no cultivamos un sendero de esperanza”, expresó, dejando una reflexión que hoy resuena aún más fuerte.
El viento puntano agitaba su cabello blanco, pero su voz firme atravesaba el silencio absoluto del anfiteatro. No fue solo una clase magistral, fue un testimonio de vida. Un acto sencillo que, con su muerte, se convierte en un adiós cargado de simbolismo.
“Vine porque es uno de los mejores presidentes que tuvo América Latina”, dijo Gabriel Gutiérrez, docente y miembro de la Junta de Historia, ese día. “Yo no puedo caminar bien, pero era necesario escucharlo”.
Una despedida que hoy toma otra dimensión
La imagen de Mujica de pie, hablando bajo el cielo ventoso de San Luis, se mantiene viva en quienes lo escucharon ese día. Un hombre que supo convertir su vida en un ejemplo de humildad y lucha.
Con su partida, América Latina despide a uno de sus líderes más queridos y respetados, pero en San Luis queda el recuerdo de aquel día de octubre, cuando el “Pepe” habló de esperanza, y una multitud se puso de pie para aplaudirlo.