Envuelto en críticas por una gestión deficiente, el intendente brindará su primer discurso. Hay mucho hermetismo.
El intendente de la ciudad de San Luis, Gastón Hissa, dará su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias este viernes a las 10 en el Concejo Deliberante. El contexto no es el ideal: con críticas por su deficiente gestión de los servicios públicos, el jefe comunal que responde al gobernador Claudio Poggi está a poco de cumplir 100 días de gestión a los tumbos y sin avances favorables para la capital puntana.
Son varios los problemas que evidencian la inexperiencia del abogado que se desempeñara previamente como funcionario en la primera gobernación de Poggi, y con deslucido paso por la Legislatura provincial como diputado. Una de sus falencias más grandes va por el lado de la gestión de los residuos en la ciudad. Al llegar al despacho de Belgrano y San Martín, entre sus primeras acciones estuvo dar de baja el servicio de recolección tercerizado de desperdicios que se acumulan en baldíos y bulevares.
Exfuncionarios de la Comuna indicaron que esta prestación existió durante varias gestiones y con distintos signos políticos. Bajo la justificación de un servicio “deficiente”, Hissa dio de baja el contrato y los basurales se
extendieron y extienden dentro y fuera de las cuatro avenidas. Hay vecinos que incluso salieron por su cuenta a limpiar, como en el barrio San Martín.
El intendente comparte constantemente en las redes sociales imágenes de excavadoras y camiones limpiando espacios verdes, pero lo cierto es que la realidad de una ciudad sucia y descuidada no ha tenido prácticamente cambios.
Otra de las dificultades de esta gestión es el agua. Si bien las copiosas lluvias de los últimos meses aliviaron la provisión del servicio en un contexto de sequía sostenida en los meses previos, ahora la turbidez es constante. Videos de agua marrón se viralizan y vecinos de distintos puntos de la capital apuntan a la mala calidad del líquido que llega a los hogares.
Hissa, a su vez, ha tenido un gran problema con la planta de empleados del Municipio, a la que redujo en cerca de 250 puestos en lo que va del verano. Bajo el
pretexto de que eran “ñoquis”, dejó sin trabajo a decenas de trabajadores, algunos con varios años de antigüedad. Esto provocó un conflicto con el gremio ATE, que lleva adelante reclamos constantes.
Ayer incluso hubo asambleas en distintas dependencias de la Comuna, en reclamo de un aumento salarial urgente y la reincorporación de los empleados desvinculados, todo en medio de una brutal inflación y devaluación del peso (Ver página 4). El edificio municipal se encuentra vallado y con custodia policial permanente para evitar cualquier tipo de manifestación.
En todos los frentes, Hissa parece ganarse enemigos. Este matutino también describió el cierre de dos negocios que funcionaban en inmediaciones de la Plaza Mauricio López, a los que el jefe comunal cesó en la concesión y la habilitación comercial sin explicaciones ni respaldo legal.
Con mucho hermetismo, reflejado en las múltiples idas y vueltas para obtener las acreditaciones de prensa, el intendente inaugurará el período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, en un mensaje que deberá explicar por qué la ciudad de San Luis está a la deriva desde el 10 de diciembre.