El hombre de 37 años tendría un problema con un vecino, quien tiene el merendero al que asiste la víctima.
Son cinco las personas que indicaron que fue Assat quien el mediodía del sábado salió de su casa, en el barrio Eva Perón 2 de Villa Mercedes, y efectuó un disparo con un arma de fuego. No resultó ser una bala perdida. En su recorrido, el proyectil alcanzó a una nena, quien estaba en la vereda de la misma cuadra. La herida, por suerte, no revistió gravedad y la criatura no necesitó más que unas curaciones en el hospital. Pero el vecino a quien todos señalaron no les complicó la vida a los investigadores. El mismo día de la agresión, se presentó en la comisaría que está a dos cuadras de su casa, entregó su pistola y quedó detenido.
Este lunes, en la audiencia de formulación de cargos, el fiscal instructor Maximiliano Bazla contó que hasta el momento cuenta con suficientes pruebas para formularle cargos por “Abuso con arma de fuego” al hombre de 37 años.
Aclaró que ese es el delito que puede imputarle, puesto que hasta ahora no ha surgido de la investigación que él haya tenido la intención de causarle la muerte o lesiones a otra persona.
El representante del Ministerio Fiscal recordó que la agresión sucedió entre las 13:15 y las 13:20. El imputado salió de su casa con un arma de fuego y apuntó hacia la esquina de Profesor Hamman y Amaro Galán, donde funciona el merendero Arcoíris.
El domicilio de Assat está ubicado a unos 10 o 15 metros del comedor, los separa apenas la casa de otro vecino, explicó Bazla.
El disparo alcanzó a una nena, quien asiste a ese merendero, el cual funciona tres veces por semana. La criatura estaba en la vereda, comiendo su postre.
El proyectil ingresó por la parte superior de su brazo izquierdo, recorrió unos centímetros de su espalda, de manera horizontal y salió a la altura de su columna vertebral. “Por fortuna, la bala nunca ingresó al tórax. Entró por un lado, pero no se fue hacia adentro”, aclaró el fiscal.
Las averiguaciones en el barrio revelaron que Assat tenía un problema con un vecino de apellido Maldonado. Ese hombre es hijo de la mujer que abrió el merendero.
Según los testigos, el sábado, poco antes de efectuar el balazo, el sospechoso discutió con Maldonado. El problema entre ellos no sería más que “una cuestión entre vecinos”, dijo Bazla. Se trata de malentendidos que nacen, por ejemplo, porque “uno pone música a alto volumen y así”, explicó.
Para el fiscal, la acción de disparar “se realizó con el fin de amenazar, amedrentar, y no hubo intención de causar muerte ni lesión”.
Recordó que todavía hay pruebas por producir. Dijo que está a la espera de los resultados de las pericias sobre la pistola Bersa, calibre 22, y la prueba con rodizonato de sodio. Ese último análisis confirmará, a través de la presencia de restos de pólvora, si el detenido utilizó un arma de
A su turno, el defensor Flavio Ávila solicitó ocho días de prórroga del arresto, para “elaborar una teoría del caso, aportar diferentes matices a los hechos que se han producido y determinar bajo qué sanción penal corresponde encausar” a Assat.
No obstante, recalcó que hay elementos suficientes para que sean implementadas “medidas morigeradas”, en vista de que su cliente tiene arraigo a la ciudad y compareció voluntariamente ante la Policía y entregó el arma. “Demostraremos que es empleado, tiene un sueldo de 300 mil pesos, dos hijos, una pareja y una familia extensa”, detalló.
El juez de Garantías 2, Matías Farinazzo Tempestini, decidió otorgar la prórroga de la detención por ocho días e informó que el martes de la próxima semana resolverá si se mantiene la imputación en su contra.