La ministra de Seguridad responde con firmeza ante intentos de intimidación.
La tensión en el ambiente de seguridad se intensifica en Argentina con un nuevo capítulo en la saga de desafíos que enfrenta el gobierno. Esta vez, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se encuentra en el punto de mira después de recibir una amenaza narco antes de su llegada a Rosario.
El escenario se tornó más sombrío cuando las autoridades de Santa Fe descubrieron una amenaza pintada en aerosol sobre una tela colgada en un puente de Circunvalación. El mensaje, desafiante y ominoso, advierte sobre la acción que tomarían contra la ciudad y la capital: “Patricia Bullrich, metiste a todos los presos en un mismo pabellón, ahora vamos a dejar negro a Rosario y Buenos Aires”.
Sin embargo, la respuesta de Bullrich no se hizo esperar. A través de sus redes sociales, la ministra emitió un mensaje contundente: “Hoy apareció un nuevo cartel intimidatorio contra mi persona en un puente en Rosario. Los vamos a meter presos a todos. Se les acabó la joda”. Esta declaración, cargada de determinación, refleja la postura inflexible del gobierno frente a las amenazas del crimen organizado.
La amenaza surge en un momento crucial, justo antes de una conferencia de prensa convocada por Bullrich para anunciar el arresto de dos figuras clave en el entramado narco de Rosario. Jorge Benegas y Francisco Rodríguez Villarreal, detenidos por la Policía Federal, son acusados de participar en operaciones de lavado de dinero y distribución de cocaína en la región.
El vínculo entre Benegas y Rodríguez Villarreal con importantes figuras del crimen organizado sugiere una red compleja y bien establecida en el submundo del narcotráfico. Jorge Benegas, señalado como testaferro de Esteban Lindor Alvarado, y Francisco Rodríguez Villarreal, padre del conocido “El Peruano”, revelan conexiones profundas dentro de la estructura delictiva.