Los comercios de Buenos Aires luchan por abastecer la demanda mientras los precios fluctúan.
En medio de una nueva oleada de mosquitos, los habitantes de Buenos Aires se encuentran nuevamente enfrentando la escasez de repelentes en los comercios locales. Lo que solía ser un producto común en las góndolas ahora se ha convertido en un bien preciado que desaparece en cuestión de horas.
En barrios como Coghlan y Belgrano R, los estantes que solían albergar una variedad de repelentes y espirales ahora lucen semivacíos, con los aerosoles siendo los más buscados por los consumidores. Los comerciantes, sorprendidos por la rapidez con la que se agotan los productos, comparan la situación actual con la vivida apenas un mes atrás, cuando la última invasión de mosquitos coincidió con un aumento de casos de dengue.
La demanda desbordante ha llevado a fluctuaciones en los precios, con algunos supermercados ofreciendo repelentes de primera marca a precios notoriamente más bajos que las farmacias. Sin embargo, la disponibilidad de estos productos sigue siendo un desafío, con los espirales siendo particularmente difíciles de conseguir.
Los precios, aunque han disminuido desde el último pico de demanda, aún varían considerablemente dependiendo del tipo de repelente. Los más caros son los destinados a bebés y niños, mientras que los aerosoles de segunda marca ofrecen una opción más asequible para los consumidores.