Un informe indica que la azafata se apoyó sobre un interruptor que provocó que el piloto choque contra los controles del avión.
Una acción involuntaria de una tripulante de cabina habría sido la causa de la brusca caída del Boeing 787 Dreamliner de la compañía aérea LATAM que cubría un vuelo entre Sídney y Santiago de Chile y que dejó como saldo más de 50 personas heridas, según un informe publicado hoy por el Wall Street Journal.
De acuerdo al prestigioso periódico estadounidense, la asistente de vuelo se encontraba sirviendo la comida a los pilotos cuando se apoyó sobre un interruptor ubicado en la parte posterior del asiento del comandante, que hizo que éste se desplazase bruscamente hacia adelante, empujando al piloto contra los controles del avión.
Al presionar involuntariamente la palanca de comandos debido a que, aparentemente, se encontraba sentado con sus piernas cruzadas sobre el asiento, el piloto automático se desconectó y el avión inició un brusco descenso, generando el grave incidente posterior.
En base a la información preliminar recopilada, se estableció que, si bien esta función usada para poner el asiento en posición de almacenamiento no está diseñada para funcionar con el piloto sentado en él, provocó que la función se habilite.
Un vocero de LATAM aseguró que la empresa “está trabajando con las autoridades para avanzar en la investigación del incidente”, pero no efectuó comentarios sobre la información publicada por el matutino estadounidense.
A su vez Boeing, la fabricante de la aeronave, señaló en un comunicado que se encontraban “en contacto” con su cliente (LATAM). “Boeing se mantiene lista para colaborar en cualquier actividad relacionada con la investigación, según se le solicite”, indicó el escrito.
El avión Boeing 787 de LATAM llevaba 263 pasajeros a bordo y 9 miembros de la tripulación cuando aterrizó de emergencia el lunes a las 16:26 hora local (01:26 de Chile) en el aeropuerto de Auckland, en Nueva Zelanda, después de que el avión se precipitó súbitamente en pleno vuelo.
“Una sobrecargo (azafata) de visita en la cabina de pilotos para servirles la comida apoyó su codo en la cubierta del interruptor que mueve eléctricamente el asiento para guardarlo. El asiento procedió a moverse hacia delante, empujando al capitán contra la palanca de mando pues, aparentemente, estaba sentado con las piernas cruzadas. Al presionar la palanca se desconectó el piloto automático (AP) y se inició un breve descenso en picada”, señaló el Wall Street Journal.
La información difundida coincide con un instructivo que Boeing distribuirá respecto del interruptor en el asiento del 787 Dreamliner. Además, la publicación especializada Air Current, publicó previamente un informe respecto de que la investigación se estaba centrando en un movimiento inesperado del asiento del piloto.
“Un representante de la junta de seguridad aseguró que los primeros antecedentes apuntan a que el movimiento del asiento fue ‘provocado por el piloto, aunque no intencionalmente”, destacó Air Current, mientras que otro integrante señaló que “el movimiento del asiento provocó que la nariz del avión descendiera bruscamente”, sin tener en ese momento detalles de cómo se produjo el desplazamiento.