La artista defendió al RKT y dijo que su música es contención, no entretenimiento.

Joaquinha Lerena De La Riva, conocida como La Joaqui, fue una de las figuras más resonantes de los Premios Gardel 2025, donde se alzó con dos estatuillas. Pero su paso por el escenario no solo se destacó por los galardones: hizo un potente descargo contra quienes descalifican su música y su historia.

La marplatense, vestida con un impactante diseño de Atelier Pucheta Paz, ganó en las categorías “Mejor canción de RKT” y “Mejor Álbum de artista Tropical”, por encima de referentes como L-Gante, Nico Mattioli y Callejero Fino. Al tomar el micrófono, rompió con el protocolo y habló desde el corazón.

“Por mucho tiempo creí que los sueños no estaban hechos para personas como yo. Pensaba que la música era para los que podían pagar clases o crecieron escuchando a Spinetta. Algunos ni siquiera tuvimos padres presentes”, dijo, conmovida.

En ese tono íntimo y desafiante, La Joaqui reivindicó el RKT como un lenguaje de resistencia: “Lo que hago no es música. Es un espacio de contención”.

“Es oscura, sucia y rota como el contexto en el que crecí. Pero también es la forma de convertir el dolor en fiesta. El RKT es la manera que encontré para romantizar los momentos más tristes de mi vida”, sostuvo.

El mensaje, celebrado por buena parte del público presente, apuntó de lleno a la elite cultural que históricamente despreció los géneros populares urbanos. Lejos de pedir permiso, La Joaqui se plantó como voz de una generación que transforma la marginalidad en arte.