En la antesala del Gran Premio de Mónaco, el argentino Franco Colapinto sorprendió a su compañero de Alpine, Pierre Gasly, con un ritual bien criollo: cebarle mate. El francés elogió la “elegancia” del equipo mate–bombilla, se quemó la lengua y prometió que la cafeína lo mantendrá en vela hasta la madrugada.
El glamour del Principado de Mónaco suele mezclar champaña y yates, pero este jueves apareció un termo bajo el brazo de Franco Colapinto que cambió el menú habitual del paddock. El piloto argentino —reclutado por Alpine para su programa de jóvenes talentos— llevó un mate a la conferencia interna del equipo y convenció a su compañero, Pierre Gasly, de darle un sorbo.
“Se ve elegante”, ironizó el francés, mientras Colapinto explicaba, con didáctica de abanderado, la ceremonia básica: yerba hasta las tres cuartas partes, agua a unos 80 °C y bombilla bien fija. Para no incinerar a su invitado, el pilarense tomó el primer mate. Resultado: se quemó la lengua y terminó con un “¡está un poco caliente!” que provocó carcajadas y bajó la presión del momento.
Gasly recibió el segundo turno. Sorbió con desconfianza, frunció el ceño y soltó el veredicto: “Está bueno… lo siento un poco fuerte, nada dulce”. Acto seguido, predijo insomnio: “Con esto voy a estar despierto hasta las cuatro de la mañana”. Colapinto aclaró que, en la Patagonia simbólica de los boxes, el mate vale para desayuno, sobremesa o insomnio de clasificación.
El clip, difundido por Alpine, se volvió combustible viral en redes argentinas, donde el “Un poco fuerte” de Gasly ya circula con subtítulos de sobremesa criolla. De paso, la escena mostró el buen clima dentro del equipo que intentará rescatar puntos en el Gran Premio de Mónaco: un callejero que suele castigar a los confiados y premiar a los meticulosos.
La Q3 del sábado será clave. En Mónaco, largar adelante es casi firmar un pagaré de podio; largar atrás es quedar atrapado en un embudo de millonarios sin paciencia. Colapinto, aún sin asiento permanente en Fórmula 1, absorbe cada kilómetro como esponja. Gasly, que ya ganó en Monza 2020, busca revalidar pergaminos después de un arranque de temporada áspero.
Mientras la prensa sacaba conclusiones sobre carga aerodinámica y compuestos blandos, Colapinto guardó el mate en la mochila y Gasly pidió otra cebada “más suave”. Tal vez allí se gestó la estrategia secreta de Alpine: menos champagne, más cafeína, y que Mónaco se corra con pulso sudamericano.