El gremio que nuclea a intérpretes de todo el país difundió un comunicado de apoyo al actor, luego de que el ministro de Economía lo descalificara en público por comentar el precio de una docena de empanadas en el programa de Mirtha Legrand.
La Asociación Argentina de Actores y Actrices publicó un comunicado titulado “Solidaridad con nuestro compañero Ricardo Darín”, en el que respalda al intérprete y denuncia “un modelo de poder que busca disciplinar y acallar” a quienes expresan opiniones críticas.
El texto —firmado por el Consejo Integral del sindicato— sostiene que el agravio que recibió Darín “no es un hecho aislado ni un exabrupto personal, sino la expresión de un modo de gobernar basado en la agresión explícita”. La entidad advierte que ese estilo oficialista pretende “generar miedo y producir autocensura”, lo que, a su juicio, pone en riesgo “la convivencia democrática y la libertad de expresión”.
El origen de la polémica
El sábado pasado, en la mesa de Mirtha Legrand, Darín describió el actual contexto inflacionario con un ejemplo cotidiano:
“Fui a comer empanadas con unos amigos y me cobraron $48.000 la docena. Hay gente que la está pasando muy mal”.
La frase se viralizó y desató una batería de comentarios en redes sociales. Entre las respuestas más resonantes estuvo la del ministro de Economía, Luis Caputo, quien en LN+ cuestionó la veracidad del precio mencionado y se dirigió al actor en tono despectivo:
“Todo bien si él puede comprar empanadas en Don Julio, pero las empanadas no valen eso, Ricardito. Es como ir a Porsche y quejarse de que los autos cuestan 200 mil dólares”.
El descargo de Darín
Consultado por Intrusos, Darín calificó la réplica de Caputo como “despectiva” e innecesaria:
“No entiendo por qué me dice Ricardito y sugiere que dije ‘una estupidez’. Si empezamos a tener miedo de opinar sin insultar a nadie, estamos en problemas. Vivimos en democracia y las formas importan”.
El comunicado de los actores
En su declaración, la Asociación advierte que el episodio refleja un “clima de hostigamiento que atraviesa a gran parte de la sociedad” y llama a la ciudadanía a rechazar estos mensajes:
“La solidaridad con nuestro compañero es nuestra propia defensa ante el abuso de poder”.
El documento concluye asegurando que el gremio seguirá atento ante cualquier intento de silenciar voces, sobre todo en un contexto económico y social “donde la crítica se vuelve indispensable”.
La controversia, que comenzó con el precio de una docena de empanadas, escaló hasta convertirse en un nuevo capítulo del enfrentamiento entre el Gobierno y el sector cultural: una disputa donde el tono oficial y las formas elegidas para responder pesan tanto como el fondo de la discusión económica.
