Con temperaturas templadas y cielos despejados, el otoño convierte a San Luis en un escenario perfecto para caminatas, deportes al aire libre y escapadas gastronómicas. Desde el microclima de Merlo y el espejo de Potrero de los Funes hasta el patrimonio minero de La Carolina, un recorrido para disfrutar sin apuros.

Un mosaico de dorados, rojos y ocres
Cuando el verano se despide y la provincia se cubre de hojas crujientes, San Luis despliega su mejor postal. Las sierras suavizan el calor, los caminos se vuelven silenciosos y la naturaleza invita a bajar el ritmo. A continuación, seis destinos clave para una escapada otoñal que combina historia, aventura y buena mesa.
Villa de Merlo: naturaleza con sello de microclima
Al pie de las Sierras de los Comechingones, Merlo presume uno de los climas más benévolos del país. En otoño, la bruma de la mañana deja paso a tardes templadas ideales para caminar hasta el Algarrobo Abuelo —1.200 años en pie— o asomarse al Mirador del Sol y capturar el valle teñido de dorado. Trekking, parapente y tirolesa completan la agenda antes de cerrar el día con un alfajor serrano o una cerveza artesanal.
Potrero de los Funes: agua en calma, sierras enmarcadas
A solo 20 km de la capital, el dique de Potrero espeja los cerros y regala fotos obligadas. Kayak, pesca y paddle surf comparten cartel con senderos para mountain bike y caminatas que conducen al Salto de la Moneda, una cascada de 12 m rodeada de helechos y hierbas autóctonas.
Parque Nacional Sierra de las Quijadas: un viaje jurásico
A 123 km de la ciudad de San Luis, las formaciones rojizas y farallones de las Quijadas relatan 120 millones de años de geología. El circuito de los Miradores entrega vistas de cañadones infinitos; los más aventureros pueden sumar el sendero interpretativo Potrero de la Aguada. La época recomendada va de abril a octubre, cuando el sol afloja y deja caminar sin sobresaltos.
La Carolina: oro, historia y callecitas de piedra
Fundado en 1792, este pueblo de altura recuerda su pasado minero en cada fachada. Se puede descender con casco a la mina de oro Los Cóndores, tamizar sedimentos en el arroyo y ascender al Cerro Tomolasta, un cono volcánico con vistas de 360°. En 2023 la Organización Mundial del Turismo lo incluyó entre los pueblos más lindos del mundo.
San Francisco del Monte de Oro: la primera escuela de Sarmiento
Rodeado de ríos cristalinos, el pueblo conserva el aula donde Sarmiento dio sus primeras clases; hoy es Monumento Histórico Nacional. A pocos kilómetros, la Reserva Quebrada del Palmar protege cóndores y palmeras caranday, además de pinturas rupestres que recuerdan la presencia comechingona.
El Trapiche: río, arroyos y sabor a sierras
A 39 km de la capital, esta villa veraniega se torna apacible en otoño. Cabalgatas, senderos junto al río y salidas de turismo aventura conviven con bodegones que sirven truchas, empanadas de queso de cabra y cerveza artesanal. Ideal para un picnic bajo los álamos amarillentos.
Gastronomía que reconforta
Entre caminata y caminata, el paladar también viaja: chivito a las brasas en La Carolina, carpaccio de trucha en Potrero, alfajores de algarroba en Merlo y un torrontés puntano para brindar al atardecer completan la ruta de sabores.
Clima: temperaturas medias de 12 °C a 24 °C, con escasas lluvias.
Ropa recomendada: capas livianas, abrigo ligero para la noche y calzado de trekking.
Cómo llegar: la RN 7 conecta la provincia con Cuyo y Buenos Aires; desde Córdoba, la opción es la RP 55 o la autopista 36.
Cuándo ir: marzo a junio, cuando el follaje alcanza su pico de color y la afluencia turística es baja.