Tres partidos movilizaron 40 000 hinchas y generaron $6.000 millones, según la AFA y Turismo provincial.
En apenas seis días, San Luis alojó tres llaves de la Copa Argentina y convirtió el Juan Gilberto Funes y La Pedrera en dos filiales temporarias del fútbol nacional. Belgrano–Defensores (Villa Mercedes), Independiente–Gimnasia (Mza.) y Racing–San Martín (SJ) dejaron algo más que goles: $6.000 millones gastados en hoteles, gastronomía y comercios, cifra que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el Ministerio de Turismo provincial avalan.
Villa Mercedes: ocupación plena y caja feliz
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27 al 29 de junio: la ciudad colmó el 100 % de su oferta hotelera.
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Unas 14 000 personas —mayoría “piratas” cordobeses— coparon cafés, parrillas y estaciones de servicio antes de llegar a La Pedrera.
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El partido terminó 1-0, pero el ganador extra fue el sector comercial local, que facturó en grande gracias a la “previa” extendida.
La Punta: Avellaneda desembarca en el frío
El Juan Gilberto Funes recibió a Independiente y luego a Racing. Pese a la sensación térmica por debajo de cero:
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Mendoza, San Juan y Buenos Aires trasladaron en ómnibus cerca de 26 000 hinchas.
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La ocupación hotelera trepó al 71 % en La Punta y al 30 % en la capital puntana.
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Carnicerías, supermercados y food-trucks reportaron stock agotado antes de cada encuentro.
Cuenta final: 40 000 visitantes, $6.000 millones
La combinación de hospedaje, combustible, alimentos y merchandising dejó, según Turismo, más de $6.000 millones en la economía puntana. Para una provincia cuya temporada alta es el verano serrano, el dato confirma el potencial del turismo deportivo como amortiguador anticrisis.
“La Copa Argentina es un motor inesperado que moviliza micro y macroeconomía. Cada partido genera empleo inmediato y derrame en servicios”, admiten en la cartera turística.
Con estadios habilitados y logística probada, la provincia negocia nuevas sedes para octavos y cuartos de final. La apuesta oficial: consolidar la marca San Luis como escenario neutro “de garantías” y estirar la racha de superávit turístico más allá de las vacaciones de invierno.