Con botines bien atados y años de experiencia en la cancha, estos futbolistas veteranos no solo disfrutan del juego, sino que enseñan a sus sucesores a pararse en el campo, administrar la energía y, sobre todo, cuidar el espíritu de equipo.
Cada semana, los miércoles por la noche y domingos por la mañana, un grupo de amigos mayores de 70 años se reúne para jugar al fútbol en la cancha conocida como “La Bombonera” en un complejo de Balvanera. Estos encuentros no solo son una oportunidad de juego, sino que también permiten transmitir códigos y valores a compañeros más jóvenes que se van sumando al equipo.
La formación, compuesta por veteranos de entre 54 y 78 años, es un entramado de generaciones unidas por el amor al fútbol. Algunos son exalumnos de colegios donde se conocieron hace años, mientras que otros llegaron a través de hijos y nietos. Para los más jóvenes, como Joaquín, de 24 años, jugar con ellos es una experiencia de aprendizaje: “Aprendo a mirar la cancha, a administrar la energía, ya que lo importante es hacer tiempo en la semana para compartir”, comenta.
Entre chistes, atajadas y consejos, este grupo veterano demuestra que el fútbol es más que un deporte: es una tradición que permite a distintas generaciones unirse, divertirse y aprender juntas, sin importar la edad ni las diferencias.