El piloto japonés de Red Bull perdió el control en la chicana de la antigua curva Villeneuve, despistó a alta velocidad, chocó contra la contención y volcó. Gracias a los sistemas de seguridad, pudo salir caminando sin lesiones.
En la primera sesión de clasificación del Gran Premio de Emilia-Romaña, Yuki Tsunoda vivió uno de los sustos más fuertes de la jornada al despistarse en la entrada a la curva Villeneuve, esa misma que fue reconvertida en chicana tras el trágico accidente de Roland Ratzenberger. El japonés llegó con exceso de velocidad, perdió la trazada y se salió de la pista, impactando de lleno contra la barrera de protección.
La fuerza del choque provocó que el RB se volcara sobre el costado derecho y quedara detenido en medio de los guardarraíles. Los comisarios de pista activaron rápidamente la bandera roja con 12 minutos restantes de la Q1, interrumpiendo la sesión para permitir el retiro del monoplaza y la limpieza de restos en el asfalto.
Afortunadamente, los dispositivos de seguridad —barras antivuelco, cinturones HANS y casco— funcionaron a la perfección, ya que Tsunoda logró desabrocharse y abandonar el vehículo sin ayuda, en aparente buen estado. El japonés fue inmediatamente acompañado por los médicos de pista, que descartaron lesiones de gravedad y lo trasladaron al centro médico del circuito para un chequeo de rutina.
Tras la reanudación de la clasificación, los pilotos retomarían la lucha por las posiciones, pero la imagen del RB invertido en Villeneuve quedará como un recordatorio de la importancia de la seguridad en la Fórmula 1. Mientras tanto, el equipo técnico de Red Bull iniciará la recuperación del monoplaza para evaluar daños y preparar la carrera del domingo.