En un duelo de cuartos de final, Independiente se impuso 1-0 a Boca en La Bombonera gracias a un gol de Álvaro Angulo en el segundo tiempo. Tras 13 años sin triunfar en la cancha Xeneize, el Rojo avanzó a semifinales y se medirá con Huracán, mientras Boca queda concentrado en el Mundial de Clubes.
Desde el silbatazo inicial, Independiente tomó la iniciativa y llevó el peso del juego, manejando la posesión pero sin claridad en el último pase. Boca, bien plantado en bloque bajo, apostó al contraataque: Miguel Merentiel aumentó la tensión con un gol anulado por posición adelantada, y Carlos Palacios desperdició una ocasión clara con un remate por encima del travesaño.
Pese a cierta superioridad local en la ofensiva, el choque se fue al descanso sin goles, aunque con la sensación de que cualquier detalle definiría el resultado.
Ángulo, el héroe inesperado
La jugada decisiva llegó a los 19 minutos del segundo tiempo. Álvaro Angulo —lateral izquierdo de gran despliegue— robó la pelota en campo propio, se sacó un rival de encima y avanzó con determinación hasta el área, donde definió cruzado ante Agustín Marchesín. El gol rompió la resistencia azul y oro y encendió a la parcialidad visitante.
Con la ventaja, los dirigidos por Julio Vaccari recuperaron la identidad que los llevó a este momento y controlaron los embates finales de Boca, cuyas protestas y cánticos se multiplicaron al evidenciarse la derrota.
Silbidos y despedida de Boca
En los minutos finales, Boca apuró el empuje: un corner acabó con un gol anulado a Pablo Galdames por fuera de juego, pero no bastó para equilibrar el partido. El pitazo final desató una lluvia de silbidos en la Bombonera y críticas a la dirigencia de Juan Román Riquelme, que ahora deberá enfocar su atención en el Mundial de Clubes, donde debutará el 14 de junio.
Próxima parada: Huracán y la Copa Sudamericana
Independiente se medirá en semifinales del Apertura con Huracán —fecha y horario a confirmar— mientras aguarda el cierre de la fase de grupos de la Copa Sudamericana. El triunfo en La Bombonera representa no solo un paso más en la lucha por el título local, sino también un envión anímico histórico tras más de una década sin vencer en ese escenario.
Con la motivación al tope, el Rojo buscará prolongar su buen momento y dar un nuevo paso hacia la consagración.