Franco Colapinto afronta su segunda carrera como titular de Alpine en la Fórmula 1. Después de terminar 16.º en Imola, el argentino desembarcó en Mónaco con agenda completa: pasó por el Festival de Cannes con smoking alquilado, fue bautizado “Mr. Popular” por la F1 y hasta convirtió a Pierre Gasly en cebador de mate. Aquí, la trastienda de sus días más mediáticos y su análisis técnico del A525 para el circuito más glamoroso del año.

Franco Colapinto (21) disputará este fin de semana el Gran Premio de Mónaco, su segunda cita oficial con Alpine en la temporada 2025 de Fórmula 1. El piloto llegó al Principado tras un 16.º puesto en Imola y, antes de girar por las calles más famosas del automovilismo, vivió un sprint mediático sin respiro. Invitado por la escudería, desfiló por el Festival de Cannes junto a su compañero Pierre Gasly. “Hoy aprendí lo que es un smoking y un moño. Top”, ironizó en redes. Más tarde reveló el sacrificio económico del glamour: “Fui a alquilarlo y me salió una fortuna; dos bicis por día eran más baratas”.

Un “nuevo colegio” y un apodo inesperado
Recién llegado al paddock monegasco, Colapinto fue recibido por fanáticos y cámaras. La cuenta oficial de la Fórmula 1 subió un video que lo bautizó “Mr. Popular”, reconocimiento inmediato a la creciente ola argentina que sigue sus pasos. Él responde con autocrítica: “Es como cuando cambiás de colegio: no tenés amigos, jugás peor al fútbol en el recreo. Todavía me estoy adaptando”.

Mate con Gasly y diferencias con el Williams
La química interna en Alpine quedó sellada cuando Gasly se animó a su primer mate. Colapinto repite el ritual que ya había practicado con Alex Albon en Williams: presentar la tradición rioplatense y tantear la reacción del europeo de turno. Entre bromas —y caras de duda del francés—, Franco explicó la transición técnica:

• “El auto es muy duro y cuesta sentirlo. El Williams era blando y se movía más de atrás. Ahora busco esa sensibilidad que todavía no tengo”.

• “Mi feedback fue casi idéntico al de Pierre. El A525 va bien en curvas rápidas; en las lentas sufrimos tracción. Para Mónaco pensamos en comprometer algo de lo rápido y ganar en lo lento”.
  

Sensaciones para Mónaco
El argentino asume que el circuito urbano exige confianza milimétrica: “Mónaco es precisión pura. Todavía no estoy al 100 % con el auto, pero iré de a poco. Después de Baku y Singapur, sé que puedo adaptarme”. Recuerda que en 2024, con Fórmula 2, finalizó octavo en Azerbaiyán y undécimo en Marina Bay. Ahora, con el gran circo, la historia es otra: “Tenemos un alerón medio viejo y algunas limitaciones, pero este trazado nos favorece un poco más. Manejar tan cerca de las paredes es un placer”.

Calendario de la popularidad
Desde que se anunció su promoción a titular, Colapinto combina simulador, reuniones técnicas y compromisos de marketing. Cannes fue apenas la punta de un iceberg que incluye actos con patrocinadores, redes sociales a tiempo completo y una legión de fanáticos albicelestes que desembarcan donde sea. El propio Pierre Gasly lo compara con la “locura” que genera Checo Pérez en México, salvando las distancias. La F1 lo abraza: un piloto que conecta con la generación Z, domina el inglés y no teme reírse de sí mismo.

El desafío deportivo
En lo estrictamente competitivo, Alpine necesita puntos. La estructura reconfiguró departamentos técnicos y depende de la retroalimentación fina de sus pilotos. Colapinto lo sabe: “Traje cosas buenas al equipo. Hay que encontrar el límite, convertir la rigidez del auto en confianza”. Su referencia inmediata es Gasly, campeón virtual en la interna de Enstone. Al argentino le basta con acercarse en clasificación y capitalizar el caos habitual de Mónaco, donde adelantar es ciencia ficción: “Será clave la quali. Después, la estrategia y no cometer errores”.

Entre bicis y smokings
El show extradeportivo importa. Alpine lo sabe y Colapinto también. Mientras recuerda el dolor de bolsillo que le dejó el smoking —“más caro que alquilar dos bicis en un día”—, sonríe ante el apodo “Mr. Popular” y prepara el casco. Mónaco es la pista donde los grandes nombres se consagran. El pilarense quiere empezar a escribir el suyo, aunque por ahora sea con mate en mano y un traje alquilado que ya forma parte del folclore.