El argentino sufrió con el rendimiento del Alpine en la Clasificación del Gran Premio de Mónaco: acabó 18º, denunció falta de tracción y sobrecalentamiento en neumáticos blandos, y exigió soluciones al equipo técnico.
El piloto Franco Colapinto firmó una jornada complicada en las estrechas calles del Principado. Clasificado en la 18ª posición —y beneficiado únicamente por sanciones ajenas—, el argentino no ocultó su frustración por el comportamiento errático de su Alpine, especialmente cuando calzó las gomas blandas.
“Cada vez que pongo la goma blanda me voy para atrás, y no entiendo por qué. La sobrecaliento mucho, es muy difícil en tracción… el auto no tracciona, no salgo de las curvas lentas”, resumió Colapinto tras la sesión.
Aunque admitió haber encontrado mejores sensaciones con las gomas medias —“no fue una vuelta limpia, pero hice casi el mismo tiempo”—, el mensaje más duro fue para las blandas: “Perdemos mucho grip en las curvas lentas y no se siente rígido. La goma de adelante no muerde en mitad de curva y, al acelerar, la trasera se queda en el aire”.
La Clasificación expuso problemas de puesta a punto y de chasis que, en un trazado técnico como el de Mónaco, se ven multiplicados. “Se siente muy duro cuando paso por un piano o un bache… el auto se descoloca, parece que no para de rebotar”, añadió Colapinto.
Entonces, el piloto concluyó con un mensaje claro a los ingenieros de Alpine: “Tenemos que trabajar intensamente para encontrar una solución antes de la carrera, porque así no podemos competir”.
Lo cierto es que, detrás del dato de la 18ª plaza, late un desafío mayor: ajustar el monoplaza para que sus neumáticos rindan en el límite. Franco Colapinto y Alpine saben que, en Mónaco, cada décima perdida en curva lenta se paga muy caro. Ahora, el equipo tendrá pocas horas para reaccionar antes del Gran Premio.