Tras ser electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump podría esquivar varios procesos penales y civiles, mientras expertos debaten si la inmunidad presidencial podría liberar al mandatario de sus principales acusaciones.
La reciente victoria electoral de Donald Trump en 2024 abre interrogantes sobre el futuro de las causas legales que enfrenta el exmandatario. Los fiscales federales y estatales esperaban llevar a cabo un juicio varios casos antes de las elecciones, pero finalmente solo se realizó uno, un juicio penal en Manhattan, en el que Trump fue condenado por 34 graves delitos relacionados con falsificación de registros comerciales.
Según varios expertos, el regreso de Trump a la Casa Blanca podría poner fin a la mayoría de las causas pendientes. Neama Rahmani , exfiscal federal, anticipó a Newsweek que el triunfo presidencial podría hacer que sus problemas criminales “desaparezcan”, ya que un presidente en funciones no puede ser procesado. Esto afectaría especialmente los casos federales, incluido el de interferencia electoral en Washington, DC, liderado por el fiscal especial Jack Smith y la jueza Tanya Chutkan .
A su vez, el caso de los documentos clasificados en Florida , en el que la jueza Aileen Cannon ha mostrado apoyo hacia Trump, podría quedar anulado. Además, si Cannon es nombrada fiscal general, como sugiere una lista de posibles candidatos, podría desestimar el proceso.
En cuanto a las acusaciones de interferencia electoral en Georgia , el fiscal Michael McAuliffe considera que estas podrían desestimarse usando la misma lógica que en los casos federales. Sin embargo, el carácter estatal de esta acusación limita la posibilidad de que Trump se indulte a sí mismo.
Otro tema legal relevante es el caso de sobornos en Manhattan y la multa civil de 354 millones de dólares por fraude financiero , que no se vería afectado por la presidencia debido a su carácter civil, aunque podría demorar en ejecutarse.
La presidencia otorgará a Trump una barrera protectora que, según McAuliffe, le permitirá seguir manejando las acusaciones a su favor y evitar consecuencias judiciales mientras esté en el cargo. Esta situación plantea desafíos legales y políticos sin precedentes en la historia de los Estados Unidos.