El carnicero de Devoto, que no aumentaba por los jubilados que juntaban monedas, tuvo que cerrar su local
El carnicero Sergio fue un pilar en su comunidad, ubicado en Nueva York 3662, en el barrio porteño de Devoto. Su historia es la de un hombre que se resistió a subir los precios de sus productos, preocupado por el impacto que tendría en sus clientes, en especial los jubilados que habitan en su vecindario. Sin embargo, después de una batalla desigual contra la inflación, anunció el cierre de su negocio, dejando un vacío en la comunidad y una reflexión sobre el impacto económico en los pequeños empresarios.
En una entrevista meses atrás, compartió su angustia al ver cómo la inflación le ganaba, pero su firme decisión de no aumentar los precios se mantenía intacta. Sin embargo, el peso de los constantes incrementos lo llevó a tomar una decisión dolorosa, cerrar las puertas de su carnicería.
Esto no solo representa el fin de un negocio, sino también el fracaso de un esfuerzo constante por mantenerse a flote en medio de una crisis económica. Sergio, quien se describió como un luchador incansable, se vio superado por la situación, expresando su frustración y desánimo ante un panorama económico desalentador.
El comerciante, visiblemente afectado, compartió su pesar por la situación actual del país, resaltando la difícil realidad que enfrentan los pequeños empresarios frente a la inflación desenfrenada. Aunque ofrece su fondo de comercio para aquellos interesados en adquirirlo, también lanza un llamado al gobierno para tomar medidas que alivien la carga económica de los comerciantes y castiguen los actos de corrupción que contribuyeron a la crisis.