Medidas extremas tras los crímenes que estremecieron a la ciudad
El reciente asesinato de Bruno Nicolás Bussanich, un joven playero baleado por un sicario en Rosario, desencadenó una ola de conmoción y alarma en la ciudad santafesina. Este acto de violencia sin sentido, junto con otros crímenes de naturaleza similar, llevaron al gobierno de Javier Milei a tomar medidas drásticas para frenar la creciente amenaza narcocriminal que asola la región.
Un informe reservado entregado al gobernador Maximiliano Pullaro reveló una alarmante unión de clanes narcocriminales con la intención de extorsionar al Estado, utilizando la violencia como medio de presión. Esta situación impulsó al gobierno nacional a tomar medidas contundentes.
Los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri se dirigirán a Rosario para anunciar el despliegue de más fuerzas de seguridad, incluyendo Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal. Además, se reforzará la presencia militar con el envío de vehículos proporcionados por las Fuerzas Armadas.
Los recientes crímenes, perpetrados casi a diario, generaron un clima de miedo y terror en la población. La ciudad experimentó una reducción significativa en la actividad nocturna, con cierres de escuelas y servicios públicos interrumpidos debido a la falta de seguridad.
El gobierno, junto con las fuerzas de seguridad, se compromete a perseguir a los responsables materiales e intelectuales de estos actos de violencia y llevarlos ante la justicia. Se considera que estos crímenes no solo representan un desafío a la autoridad del Estado, sino también un acto de terrorismo contra la población civil.