La mujer contó en redes que el vínculo comenzó cuando tenía 18 años y trabajó para él.
Ivet Playa, una joven española de 28 años, publicó un video en TikTok donde relata un duro testimonio sobre su vínculo con Alejandro Sanz, a quien acusa de haberla manipulado emocionalmente cuando era adolescente y fan del artista.
Según su relato, el contacto comenzó en 2015, cuando ella tenía 18 años y el cantante, 49. Ivet asegura que Sanz comenzó a seguirla en redes sociales, le comentaba publicaciones y llegó a compartir fotos suyas. El vínculo creció al punto que la invitó a encuentros privados, y poco después la contrató como asistente personal.
“Para mí fue un sueño que terminó siendo una pesadilla. Me usó, me manipuló, jugó con mis ilusiones”, expresó Playa.
En su testimonio, la joven dijo que viajó por toda España siguiendo conciertos de Sanz y que a los 22 años se mudó sola a Madrid para trabajar para él. Asegura que la relación se volvió íntima y sexual, y que desconocía que los mensajes que intercambiaba con el cantante eran supervisados por terceros.
“No sé quién pudo llegar a ver lo que yo le mandaba. Me siento usada, humillada, incluso sucia”, remarcó en un pasaje de su video, que se viralizó rápidamente.
La joven no realizó ninguna denuncia judicial ni afirmó que Sanz haya cometido un delito. En su cuenta de Instagram, aclaró que su intención no es judicializar el caso, sino señalar conductas que considera moralmente reprochables.
“No estoy acusándolo de nada delictivo. Hablo del cómo, no del qué. Esto va de humanidad, no de leyes”, afirmó.
El caso generó reacciones encontradas en redes sociales. Algunos usuarios cuestionaron a Ivet por su mayoría de edad al momento de iniciar el vínculo. Otros, en cambio, señalaron una posible situación de abuso de poder o manipulación psicológica, dada la diferencia de edad y la posición de idolatría que ella tenía respecto del artista.
Hasta el momento, Alejandro Sanz no realizó declaraciones públicas sobre las acusaciones. Su entorno mantiene silencio, mientras el tema sigue generando debate sobre los límites del consentimiento en relaciones atravesadas por la fama y el desequilibrio de poder.