El presidente libertario reconoce la importancia del diálogo y la flexibilidad para avanzar en sus objetivos de reforma.
En sus primeros 100 días en la Casa Rosada, Javier Milei experimentó una transformación significativa en su enfoque político. Desde un inicio marcado por la confrontación, el presidente libertario se vio obligado a reevaluar su estrategia, reconociendo la necesidad de negociación y flexibilidad para impulsar sus reformas clave.
Al asumir su mandato, Milei enfrentó obstáculos legislativos importantes, como la caída de la Ley Ómnibus en Diputados y el rechazo al mega DNU en el Senado, lo que puso de relieve las limitaciones de su enfoque inicial basado en tuits y promesas de referéndum.
Aunque Milei emitió un decreto de necesidad y urgencia, este fue parcialmente rechazado por el Senado, obstaculizando sus esfuerzos por estabilizar la economía. Su megaproyecto de bases, presentado en enero, encontró una fuerte resistencia en la oposición, revelando las deficiencias en su capacidad de negociación.
Sin embargo, estos desafíos fueron oportunidades de aprendizaje para el presidente libertario. Ha llegado a comprender que la política requiere habilidades de diálogo y adaptabilidad, aspectos que está comenzando a incorporar. Su propuesta de un “Pacto de Mayo”, junto con una nueva Ley de Bases y un acuerdo fiscal, refleja un cambio hacia una estrategia más inclusiva.
La designación de Guillermo Francos y Nicolás Posse para entablar conversaciones con diversos sectores políticos, incluyendo al PRO y la Unión Cívica Radical, indica un reconocimiento por parte de Milei de la importancia de construir alianzas más allá de su círculo ideológico.