El Presidente criticó el modelo actual del fútbol argentino y exigió la implementación de sociedades anónimas deportivas.
El presidente Javier Milei volvió a encender la polémica en redes sociales tras la eliminación de River y Boca del Mundial de Clubes, apuntando directamente contra Claudio “Chiqui” Tapia y el modelo vigente de la Asociación del Fútbol Argentino. “¿Hasta cuándo hay que señalar el fracaso del modelo Tapia?”, escribió.
La publicación, replicada por figuras afines al oficialismo como Gustavo Szwonik (Nik) y el empresario Guillermo Tofoni, cuestionó duramente el sistema actual de la AFA y volvió a poner sobre la mesa el debate por la incorporación de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Según Milei, el campeonato argentino carece de competitividad, planificación e incentivos reales para mejorar el nivel.
“Ni River ni Boca. Sin argentinos en el Mundial de Clubes. Brasil fue con cuatro equipos, los cuatro pasaron. Un campeonato endeble, de 30 equipos, sin competitividad, sin SAD, sin incentivos”, expresó el mandatario.
La crítica se da en un contexto deportivo adverso para los clubes argentinos. River Plate, dirigido por Marcelo Gallardo, fue eliminado tras caer 2-0 ante el Inter de Milán, quedando tercero en su grupo. Boca Juniors, que había comenzado bien, terminó empatando 1-1 con el modesto Auckland City de Nueva Zelanda, equipo semiprofesional que había sido goleado en sus anteriores presentaciones.
Mientras tanto, los clubes brasileños mostraron una superioridad incuestionable. Palmeiras, Botafogo, Flamengo y Fluminense no solo clasificaron a octavos de final, sino que derrotaron a gigantes europeos como el Chelsea y el PSG.
Este contraste profundiza el debate sobre el estancamiento del fútbol argentino, que lleva seis ediciones consecutivas sin conquistar la Copa Libertadores, todas ganadas por equipos de Brasil entre 2019 y 2024.
Desde el entorno presidencial insisten en que la apertura al capital privado a través de las SAD es indispensable para profesionalizar la gestión, atraer inversiones y competir con las potencias regionales y europeas.
La embestida de Milei contra la conducción de Tapia no es nueva, pero cobra fuerza con el nuevo traspié deportivo. En el fondo, se libra una disputa de poder más profunda: la resistencia del fútbol tradicional a los cambios estructurales que impulsa el Ejecutivo nacional.
