Claudio Poggi y su frente Ahora San Luis arrasaron en las elecciones provinciales, sepultando al peronismo de Alberto Rodríguez Saá con más de 21 puntos de diferencia. El resultado no solo marca una victoria contundente para Poggi, sino también el fin de una era para el PJ sanluiseño.
Claudio Poggi y su frente Ahora San Luis protagonizaron una victoria arrolladora en las elecciones provinciales, dejando al peronismo de Alberto Rodríguez Saá en ruinas. Con más de 21 puntos de ventaja sobre el Frente Justicialista, Poggi no solo confirmó su liderazgo, sino que también selló el fin de una era marcada por el dominio del clan Rodríguez Saá.
El mensaje de las urnas fue claro: San Luis le dio la espalda a un modelo político agotado, asociado a la corrupción, los privilegios y las traiciones internas. El Frente de Poggi se impuso de manera categórica en todas las categorías en juego, logrando un triunfo que quedará en la historia política de la provincia.
Una derrota que duele: el PJ de Rodríguez Saá quedó sepultado
Los números hablan por sí mismos. Ahora San Luis, el frente liderado por Poggi, logró:
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100% de los senadores provinciales en juego: Cuatro de cuatro escaños en los departamentos de Ayacucho, Belgrano, Pedernera y San Martín.
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55% de los diputados provinciales: Doce de 22 bancas, asegurando mayoría propia en la Legislatura.
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88% de las intendencias en juego: Ocho de nueve, incluyendo bastiones históricos del peronismo como Renca, Beazley y San Martín.
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62% de los concejales en disputa: 43 de 69 en total.
Pero la humillación para el peronismo no termina ahí. Ahora San Luis superó por más de 40 puntos a las listas vinculadas a La Libertad Avanza, una fuerza que apenas logró superar los dos dígitos y quedó relegada a la irrelevancia electoral.
El ocaso del clan Rodríguez Saá: un feudo que se desmoronó
El resultado en San Luis es más que una derrota electoral para el peronismo. Es el fin de la hegemonía del clan Rodríguez Saá, una familia que gobernó la provincia durante décadas con una mezcla de autoritarismo, clientelismo y soberbia.
Pero esa fórmula, que alguna vez les dio poder absoluto, hoy es vista por los votantes como una reliquia del pasado. Los escándalos de corrupción, las peleas internas y el desgaste de una dirigencia que nunca supo renovarse dejaron al PJ sanluiseño sin respuestas.
Alberto Rodríguez Saá, el líder histórico del peronismo puntano, permanece en silencio. A más de 96 horas de la elección, no ha emitido una sola palabra para reconocer su derrota ni para felicitar a los ganadores. Un silencio que no es solo orgullo herido, sino la evidencia de que el poder que alguna vez ostentó ya no le pertenece.
Poggi consolidó su liderazgo en toda la provincia
Mientras el peronismo se hunde en el desprestigio, Claudio Poggi emerge como el líder indiscutido de San Luis. El gobernador no solo retuvo el poder, sino que logró expandir su dominio en territorios históricamente controlados por el justicialismo.
Los números de su victoria son inapelables: arrasó en la capital provincial, en Villa Mercedes y en los principales centros electorales. En todas las categorías —senadores, diputados, intendencias y concejales— su frente obtuvo una mayoría aplastante.
La Boleta Única Papel (BUP), que debutó en esta elección, no fue un obstáculo para el electorado, sino una herramienta que facilitó la expresión de un mensaje claro: los sanluiseños quieren continuar el camino de renovación que representa Poggi y dejar atrás las viejas prácticas del peronismo.
El mensaje de las urnas: basta de Rodríguez Saá
Los resultados son, en el fondo, una sentencia política. Los sanluiseños no solo eligieron a Poggi, sino que también rechazaron con contundencia a Alberto Rodríguez Saá y a su círculo de dirigentes, muchos de ellos cuestionados por su desempeño en la función pública.
La derrota peronista en San Luis es el símbolo de una caída que se replica en todo el país. Un partido que alguna vez fue sinónimo de poder y estabilidad hoy se presenta dividido, agotado y superado por una sociedad que ya no compra sus promesas.
San Luis habló en las urnas, y su mensaje fue claro: Adiós Rodríguez Saá. El ciclo terminó.