Humberto Deolindo Pérez, de 49 años, permanecerá 90 días detenido tras ser imputado por intentar asesinar a su ex pareja en Río Grande.
Humberto Deolindo Pérez, un hombre de 49 años, permanecerá bajo prisión preventiva por 90 días. La justicia lo acusa de intentar asesinar a su ex pareja disparándole en dos ocasiones y de agredir físicamente a su ex suegra, en un hecho que parece sacado de una novela negra. La medida fue dictada por la jueza de Garantías 2 de San Luis, María Agustina Dopazo Samper.
Los cargos contra Pérez son contundentes: tentativa de femicidio, triplemente agravado por el vínculo, por mediar violencia de género y por el uso de un arma de fuego. Además, se le imputa lesiones leves en concurso real.
El ataque ocurrió en la madrugada del 13 de enero en la localidad de Río Grande. Según se expuso en la audiencia, Pérez habría planeado todo. Esa noche, cerca de las 00:40, esperó pacientemente a su ex pareja afuera de su casa. Cuando la mujer salió a tirar la basura, él la interceptó, golpeándola y pateándola sin piedad. Pero no se detuvo ahí: con un arma de fuego en mano, le disparó dos veces.
El estruendo del primer disparo despertó a la madre de la víctima, quien salió a socorrerla. En ese momento, Pérez también la atacó, aunque los disparos no impactaron en ninguna de las dos mujeres. Tras el fallido ataque, el hombre huyó a bordo de su vehículo.
Tres días después, el 16 de enero, la Policía logró localizar y detener a Pérez en un operativo.
Durante la audiencia de este lunes, los abogados defensores Hugo Scarso y Carlos Varela intentaron disminuir la gravedad de los hechos. Solicitaron que se lo imputara únicamente por lesiones leves en un contexto de violencia de género y pidieron prisión domiciliaria, argumentando que el domicilio declarado por el acusado era seguro. Pero la jueza Dopazo Samper rechazó tajantemente la solicitud. Según la magistrada, no existían garantías para la protección de la víctima.
Incluso se evaluó la posibilidad de colocar un dispositivo de monitoreo dual al acusado, pero las deficiencias de la señal en la zona donde vive la víctima hicieron inviable esta alternativa.
Otro elemento que complicó la situación de Pérez fue su teléfono celular, vinculado a una causa paralela por abigeato. Los abogados pidieron que se analizara el dispositivo para obtener pruebas relacionadas con el caso de violencia de género, pero la jueza ordenó que primero se resuelvan las diligencias de la otra causa.