En una reciente aparición en Juana Koslay, el exgobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, insistió en la necesidad de “frenar la decadencia” de la provincia. Sin embargo, dejó de lado una explicación clave: las condiciones en que él mismo la abandonó al dejar el poder, tras años de hegemonía política.

Rodríguez Saá denunció una supuesta decadencia general, achacándole a la actual gestión un notable retroceso en áreas como infraestructura, educación y seguridad. Se jactó de que San Luis llegó a ser “primera en todos los temas” cuando él gobernaba, y dijo sentir “tristeza” al ver cómo se ha caído todo “muy abajo”. Sin embargo, el exmandatario evitó referirse a los cuestionamientos de la oposición sobre obras inconclusas, manejos discrecionales de fondos y proyectos incumplidos que ya figuraban al final de su gestión.

“El 11 de mayo el pueblo tiene que elegir”

De cara a los comicios locales, Alberto Rodríguez Saá vaticinó que el 11 de mayo será un punto de quiebre entre la “decadencia” y la “recuperación”. Hizo un llamado enfático a respaldar a su espacio para “frenar” el declive. Según él, “solo el Justicialismo” puede brindar la solución.

La postura levantó críticas en sectores que acusan al exgobernador de liderar por largo tiempo un régimen con pocas fisuras, en el que se sentaron bases de clientelismo y se engendraron las mismas carencias que hoy denuncia.

La política “para cumplir sueños”… ¿nuevos o viejos?

Rodríguez Saá se refirió a la política como la herramienta para “cumplir sueños colectivos” y criticó a quienes buscan un cargo “por razones egoístas”. No obstante, la falta de referencias a los reiterados cuestionamientos de organizaciones civiles sobre supuestos manejos oscuros de la gestión rodriguezsaaísta contribuye a una imagen de “retorno salvador” sin asumir responsabilidades pasadas.

“La gente hoy se presenta o quiere ser candidato por una razón egoísta… la única manera que yo entiendo un candidato es que tenemos un sueño colectivo”, lanzó el exgobernador, sin aclarar por qué en su etapa no se corrigieron de fondo las fallas estructurales que ahora, según él, explican la debacle.

Críticas de la oposición

Referentes opositores subrayan que la “decadencia” no es un fenómeno nuevo y que Rodríguez Saá y su entorno “no fueron meros espectadores” durante décadas de dominio político en San Luis. Denuncian obras prometidas y no finalizadas —particularmente en zonas rurales—, déficits en la salud pública y deficiencias en transparencia a lo largo de sus administraciones.

Para el exmandatario, todo se reduce a la disyuntiva entre su liderazgo y la “incapacidad” de los actuales responsables. Sin embargo, no aclaró qué medidas inéditas piensa implementar, diferentes de las que ya se aplicaron en sus mandatos y que, según sus críticos, dejaron deudas sociales pendientes.

Un nuevo capítulo electoral

El 11 de mayo se acerca y Alberto Rodríguez Saá vuelve a la palestra con promesas de rescate, pidiendo a la ciudadanía elegir entre “la decadencia” y la “reconstrucción”. Sus adversarios, en cambio, denuncian que el exgobernador solo ofrece más de lo mismo, cargando con un historial de poder prolongado y pocos logros estructurales sostenibles en el tiempo.

Mientras tanto, en San Luis, la puja electoral se intensifica entre quienes recuerdan a Rodríguez Saá como artífice de ciertas mejoras en la provincia y quienes le reprochan haber implantado un modelo político cerrado, cuyas deficiencias hoy siguen saliendo a la luz. Sin autocrítica de por medio, el exgobernador se presenta como el único capaz de “reconstruir” —o acaso reinventar— la provincia. La respuesta sobre si la ciudadanía comprará ese discurso llegará, precisamente, el próximo 11 de mayo.