El “sello de goma” del gremio UTHGRA y la estrategia para colar a Claudio Álvarez en Diputado Nacional

La estrategia del conductor de UTHGRA San Luis, Claudio Álvarez, consiste en que el diputado nacional Carlos D’Alessandro asuma en la Legislatura provincial. De ese modo, la banca nacional quedaría vacante y Álvarez, suplente en la fórmula, podría convertirse en diputado del Congreso.


Una herencia sindical convertida en plataforma electoral

La historia comienza con la muerte de Héctor Gerardo, el anterior secretario general de UTHGRA en San Luis. Con ese lugar vacante, Claudio Álvarez —un nombre que resuena más en el ámbito político que en las reivindicaciones gremiales— llega para hacerse cargo de la sede. Al poco tiempo, arma el partido Tercera Posición, que se presenta como una alternativa política, pero que en la práctica es un instrumento al servicio de sus alianzas coyunturales.

Del acuerdo con Abdala y Negri a la interna libertaria

En 2023, Álvarez necesita acomodar fichas y encuentra socios en el senador Bartolomé Abdala, expulsado del PRO, y en Rodolfo Negri, otro alfil con aspiraciones electorales. Bajo la premisa de construir una fuerza con llegada al espacio de Javier Milei, se arma un frente con Tercera Posición como eje.

  • Abdala: tras su propia novela, lo único que quiere es seguir aferrado a su banca de seis años en el Senado.

  • Negri: aspiraba a ser el hombre fuerte de la construcción libertaria, pero termina jugado a la paridad de género, cediéndole el cargo a su esposa.

  • D’Alessandro: actual diputado nacional, es el puntal “libertario” que se cuela en Tercera Posición para no quedarse afuera de la nueva repartija.

“El fin justifica los medios” o cómo torcer reglamentos y voluntades

La maniobra exhibe un grado de pragmatismo que roza el cinismo:

  • D’Alessandro inscribe La Libertad Avanza a su nombre y deja a Negri fuera de juego en la provincial del 11 de mayo.

  • Abdala espera el desenlace y cuela algunos nombres en Tercera Posición, pero sin grandes garantías de poder o lealtad futura.

  • Álvarez, que en otras oportunidades quiso una banca provincial y no pasó el filtro de la cúpula libertaria en Capital, aprovecha el tira y afloja para negociar la mitad del mandato de D’Alessandro en la Cámara de Diputados nacional. La lógica: “vos entrás, y luego me dejás el puesto”.

El resultado es un culebrón político: D’Alessandro se postula en la lista para diputado provincial (con altas probabilidades de entrar), y deja el camino allanado para que Álvarez asuma en el Congreso. El gran interrogante es si en Buenos Aires le van a abrir la puerta a un sindicalista albertista que no pasa el “filtro” de Karina Milei y Lule Menem.

La reaparición de un viejo conocido del gremio

Mientras tanto, el verdadero trasfondo es la utilización de UTHGRA San Luis. El sello, huérfano de conducción tras la muerte de Héctor Gerardo, se transforma en un trampolín para la ambición de Claudio Álvarez. Lejos de enfocarse en la defensa de los trabajadores hoteleros y gastronómicos, el gremio se ve involucrado en acuerdos políticos de ocasión que ni siquiera garantizan la representatividad real de sus afiliados.

Un rompecabezas sin ideología

Queda claro que estas movidas no responden a una convicción ideológica: Abdala, Negri, D’Alessandro y Álvarez se manejan con el principio de “el fin justifica los medios”.

  • Si hay que firmar un acuerdo con Rodríguez Saá, se firma.

  • Si toca disfrazarse de libertario ante Karina y Lule, se hace.

  • Si hay que ceder bancas y después pedir renuncias, tampoco hay problema.
    Todo vale en este cambalache político que deja al electorado desorientado y a los trabajadores sin un gremio fuerte que los respalde.

D’Alessandro: ¿diputado nacional anti-casta o albertista encubierto?

El caso de Carlos D’Alessandro es paradigmático. Su discurso parece alineado con la retórica libertaria de Milei, pero sus movimientos indican otra cosa: alianzas con funcionarios del albertismo y uso de siglas como Tercera Posición para acomodarse. El “diputado de Milei” termina siendo, en los hechos, funcional a los intereses que supuestamente buscaba enfrentar.

Carlos D'Alessandro

El desenlace es una trama digna de cualquier serie política: D’Alessandro apuesta a quedarse con la banca provincial para luego ceder la nacional a Álvarez, mientras Abdala y Negri se pelean entre sí y buscan congraciarse con Karina Milei, la verdadera autoridad en la sombra. La pregunta que surge es si el votante puntano tomará nota de tanta maniobra y si el gremio, convertido en sello de goma, recuperará algún día su verdadera razón de ser.

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