Declarada patrimonio cultural el 22 de abril de 1992, la casona colonial donde Antonio Esteban Agüero escribió buena parte de su obra se mantiene como museo vivo, archivo y centro de actividades artísticas que preserva la esencia de la Villa de Merlo y la identidad literaria de San Luis.
Cada 22 de abril, la Villa de Merlo recuerda la jornada de 1992 en la que el Gobierno provincial selló con rango de patrimonio cultural la casa natal de Antonio Esteban Agüero (1917‑1970). Aquella decisión transformó el inmueble —ubicado en pleno casco histórico, a metros de la plaza central— en un santuario de la poesía cuyana y en un laboratorio permanente de artes.
Arquitectura y objetos que narran al poeta
Muros de adobe y techos de teja: la tipología colonial serrana que inspiró páginas enteras de Un hombre dice su pequeño país.
Galerías con arcos de medio punto: escenario natural de lecturas y peñas donde Agüero recibió a poetas como Félix Luna y Manuel Castilla.
Mobiliario original y manuscritos: la mesa donde se gestó Romancero de niños; la máquina de escribir Underwood; fotografías familiares, distinciones y primeras ediciones autografiadas.
De vivienda a museo‑vivo
La ley de 1992 fijó tres objetivos que hoy siguen vigentes:
Conservación edilicia mediante un protocolo de restauración de materiales tradicionales.
Archivo y digitalización de manuscritos, cartas y grabaciones inéditas del autor.
Programación cultural: talleres literarios, conciertos de cámara, ferias editoriales y visitas guiadas para escuelas de toda la provincia.
Durante 2023 la casa recibió a más de 25 000 visitantes, cifra récord desde su apertura. El 40 % fueron estudiantes del nivel primario y secundario que, a través de guías teatralizadas, descubren la relación íntima entre el poeta y el paisaje de los Comechingones.
El deseo póstumo del escritor
En una carta fechada en 1969, pocos meses antes de su muerte, Agüero dejó escrito:
“Si alguna vez mi casa se abriera al pueblo, pido que retumbe de guitarras, pinceles y voces jóvenes; que mis paredes no sean mausoleo, sino fogón de oficios y fraternidades”.
El museo lleva 32 años honrando ese deseo: cada abril organiza la Semana Aguereana, con lecturas coralizadas de “Digo el llamado” al pie del algarrobo que aún domina el patio.
Proyección y desafíos
La dirección actual inició gestiones junto a la Biblioteca Nacional para exhibir, en 2025, un lote de cartas cruzadas entre Agüero y Atahualpa Yupanqui. Además, prevé sumar realidad aumentada a los recorridos y habilitar una residencia para becas de creación literaria.
Un hito que trasciende la poesía
La Casa del Poeta se ha convertido en un emblema turístico y educativo: vincula al visitante con el patrimonio intangible de San Luis, revitaliza la economía cultural local y fortalece la autoestima de una comunidad que encuentra en la palabra de Agüero la radiografía más pura de su identidad.
Cuando se cruzan las puertas de madera añeja, el rumor del viento en la sierra parece repetir aquello que el propio Antonio escribía a modo de destino:
“Mi casa y mi poema serán la misma cosa: un sitio de ternura donde el pueblo se habite.”