Maximiliano Rodríguez, de 24 años, fue acusado de homicidio culposo agravado por estar ebrio al momento del choque que cobró la vida de una joven de 23 años. Pese a la gravedad del hecho, el juez determinó que no quedará detenido ni inhabilitado para conducir.

Han pasado más de dos meses desde el trágico accidente que tuvo lugar la noche del 12 de enero en la Autopista Nº 55, a la altura del kilómetro 889, cerca de la localidad de Tilisarao. El siniestro involucró tres vehículos que circulaban en el mismo sentido y, según la Policía, ocurrió cuando el conductor de un Volkswagen Polo realizó una maniobra imprudente de adelantamiento y terminó embistiendo a una motocicleta, para luego impactar contra otro auto, un Volkswagen Gol.

La peor parte se la llevó la joven Yanina Adaro, de 23 años, quien murió en el lugar producto del impacto. Además, cuatro personas más resultaron heridas: Gabriel Simonetti, Milagros Molina, Mario Iván Muñoz y Mario Joel López. Las pericias confirmaron que el conductor del Polo, identificado como Maximiliano Andrés Rodríguez, circulaba alcoholizado, con 1,13 g/l de alcohol en sangre.

La audiencia de formulación de cargos llega con retraso

Pese a la gravedad del hecho, recién este viernes la Justicia concretó la audiencia de formulación de cargos. El fiscal de Instrucción N°1, César Salazar Molina, acusó a Rodríguez de homicidio culposo y lesiones graves culposas, ambos agravados por estar alcoholizado al momento del siniestro. Sin embargo, el juez de Garantía Nicolás Coppola decidió que no amerita la detención y que, además, no se lo privará de conducir.

La determinación causó estupor, sobre todo entre familiares y amigos de la víctima, que califican la medida como un “guiño a la impunidad”. El magistrado rechazó el pedido de la Fiscalía para inhabilitar al imputado de manejar vehículos automotores, limitando la imposición de restricciones a la prohibición de salir de la provincia por 90 días y la firma quincenal en la comisaría más cercana a su domicilio.

Detalles del accidente

El accidente se cobró la vida de Adaro, quien iba como acompañante en la motocicleta. Por el violento choque, quedaron lesionados otros cuatro ocupantes de los vehículos involucrados. El conductor del Polo, según constataron los efectivos, había consumido alcohol: el test arrojó 1,13 g/l, bastante por encima de lo permitido.

Repercusiones y debate

Para muchos, la decisión judicial “minimiza” la gravedad del hecho. Un conductor con alcohol en sangre, que terminó con la vida de una persona y dejó varios heridos, no solo podrá transitar libremente sino que mantiene la habilitación para manejar. Fuentes cercanas al caso afirman que la medida desconoce el riesgo que puede suponer la conducción bajo influencia del alcohol, máxime cuando ya hay un antecedente letal.

“La madre de Yanina está deshecha. No lo puede entender. Él había tomado, manejó mal y mató a mi hija. ¿Por qué podría seguir manejando?”, se lamentó un familiar que prefirió no dar su nombre.

Perspectiva legal

El fiscal Salazar Molina señaló que el homicidio culposo agravado por la conducción bajo los efectos del alcohol conlleva penas que pueden llegar a seis años de prisión, dependiendo de la circunstancia y los agravantes. Sin embargo, todo indica que, de momento, el proceso judicial se desarrollará con el imputado en libertad. La pena o la inhabilitación para conducir recién podrían definirse en un juicio.

El hecho, que conmocionó a Tilisarao, reflota la discusión sobre la celeridad en la respuesta judicial y la aplicación de medidas duras para los conductores ebrios que provocan muertes. Por ahora, Rodríguez retoma su vida con apenas unas restricciones formales, mientras la familia de Yanina carga con el dolor de una pérdida irreparable y la sensación de que la justicia, una vez más, parece esquivar la contundencia que el caso demandaría.