La Iglesia de los Navarro, construida entre 1915 y 1920 por don Jacinto Navarro en el paraje La Isla, permanece en ruinas y partida en dos, sumida en historias de venganza familiar y conjuros ancestrales. Hoy, sus restos conviven con la riqueza natural de la Reserva La Isla, ofreciendo al turismo histórico y cultural un atractivo único.
La Iglesia de los Navarro, ubicada en el paraje La Isla, data de comienzos del siglo XX y se alza hoy como un edificio en ruinas, fisurado en su centro. Erigida por don Jacinto Navarro entre 1915 y 1920, esta construcción de clara impronta arquitectónica se ha convertido en un destino imperdible para quienes buscan una experiencia turística que combine naturaleza, historia y misterio.
Rivalidades, venganza y conjuros
Su leyenda se alimenta de pasiones familiares. Se cuenta que don Jacinto Navarro edificó el templo en honor a su segunda esposa, Rita, pero su hijo mayor —fruto de su primer matrimonio con Bárbara— deseaba que la construcción se llamara “Iglesia de Santa Bárbara” en homenaje a su madre. La disputa alcanzó tal intensidad que, según la versión más difundida, el hijo desvió las aguas de un arroyo cercano para inundar los cimientos del nuevo edificio, provocando la grieta que hoy lo parte en dos.
Otra historia, igualmente difundida en la región, atribuye la fractura del templo a la rivalidad entre las familias Navarro y Funes. Se dice que los Funes recurrieron a un conjuro para derribar la iglesia, desatando una tormenta que la partió de lado a lado, como si una fuerza sobrenatural hubiera intervenido.
Un entorno natural excepcional
Estas ruinas no están solas: pertenecen a la Reserva Natural La Isla, un área protegida que conserva un monte prácticamente virgen y alberga una biodiversidad notable. Entre senderos, acequias y antiguos sistemas de riego, se pueden avistar pecaríes, corzuelas, gatos monteses y una gran variedad de aves. Los puentes rústicos y los túneles de piedra contribuyen a recrear el ambiente de antaño, haciendo de la visita una inmersión en la historia y la naturaleza.
Cómo llegar y recomendaciones
Para acceder a las ruinas, se debe tomar la ruta provincial 23 que conecta Santa Rosa del Conlara con el acceso a Santa Rita. Desde allí, se recorre un camino de tierra de aproximadamente 8,5 kilómetros hasta la entrada de la reserva. Un sendero señalizado de 136 metros conduce al sitio mismo de la iglesia. Se recomienda llevar calzado cómodo, agua y protección solar, ya que el tramo final es de montaña y no hay servicios en el trayecto.
Quienes deseen más información pueden contactar a la Municipalidad de Lafinur al 2664-452000 o al correo electrónico [email protected]. Allí brindan datos sobre horarios, guías locales y condiciones del camino.
Turismo que evoca el pasado
Visitar la Iglesia de los Navarro no es solo contemplar ruinas; es adentrarse en un relato cargado de venganza familiar, conjuros y rencillas centenarias. El contraste entre las piedras agrietadas del templo y el esplendor natural de La Isla convierte este lugar en un punto de encuentro para historiadores, fotógrafos y curiosos que buscan desentrañar los misterios del pasado villamercedino.
Con su estado semiderruido y la atmósfera de leyenda que lo rodea, este santuario nos recuerda que, a veces, la historia oficial convive con relatos que desafían la lógica. Allí, entre muros resquebrajados y senderos boscosos, la memoria de un padre, un hijo y dos familias rivales perdura, susurrando al visitante que el verdadero enigma no son las piedras partidas, sino los viejos odios que aún laten en el viento.