Llegaron con horas de vida y apenas 300 gramos; hoy pesan más de 3 kilos y medio. El Centro de Conservación de Vida Silvestre sigue de cerca la evolución de los únicos dos charitos que sobrevivieron al decomiso de enero y que dentro de poco podrían regresar a la naturaleza.
El 27 de enero pasado, la Policía Ambiental de Villa Mercedes decomisó un lote de crías de ñandú (Rhea americana) que eran transportadas de manera ilegal. Tenían apenas horas de vida y el peso de una naranja grande. Fueron derivadas al Centro de Conservación de Vida Silvestre (CCVS), en la Reserva Floro-Faunística La Florida, donde se activó el protocolo de cuarentena y revisión clínica inicial.
“Ingresaron con buen estado general, pero con la fragilidad propia de un recién nacido. Hoy superan los 3,5 kilos y mantienen parámetros sanitarios óptimos”, detalla la médica veterinaria Julieta Poggi, responsable del equipo que los atiende.
Cuarentena estricta y plan nutricional
Los charitos pasaron los primeros 30 días aislados del resto de los ejemplares del Centro para evitar contagios y reducir el estrés. Recibieron tratamiento antiparasitario, antibióticos de amplio espectro y una dieta balanceada a base de proteínas, fibra y suplementos vitamínicos.
Cumplida la cuarentena, fueron trasladados a un recinto especial de 200 m², con vegetación baja y refugios para protegerse de las variaciones térmicas, donde comienzan a ejercitar el comportamiento natural de la especie: correr, picotear insectos y relacionarse entre sí.
El riesgo del mascotismo
Cuando un ñandú se cría entre humanos pierde el instinto de alerta y se “amansa”, pero no deja de ser un ave silvestre que puede volverse agresiva o transmitir enfermedades. La veterinaria subraya que retener a estas aves en domicilios particulares genera “daños irreversibles o muy difíciles de remediar” y recuerda que la especie está protegida por la Ley Provincial de Conservación de Flora y Fauna y listada como “casi amenazada” por la UICN.
Próxima etapa: la pre-suelta
Si el peso, la musculatura y la conducta siguen en franca evolución, la dupla de ñanducitos entrará en la fase pre-liberación: un corral de mayor superficie, escaso contacto humano y enriquecimiento ambiental que simula el monte. Allí se evalúa su capacidad de forrajeo y reacción ante posibles depredadores.
Cuando el equipo técnico certifique que pueden procurarse alimento por sí mismos y huir de amenazas, se definirá un punto de suelta en la región central de la provincia ―zona histórica de distribución de la especie―, coordinado con guardaparques y propietarios rurales.
Cómo colaborar
El CCVS recuerda que cualquier hallazgo de fauna silvestre herida o en cautiverio ilegal debe reportarse al Área de Fauna de la Secretaría de Ambiente (266-452000 int. 3372) o al 911 para que intervenga la Policía Ambiental. Sólo el rescate temprano y la rehabilitación adecuada permiten que historias como la de estos charitos terminen con un nuevo comienzo en libertad.