La conductora volvió al país en medio del conflicto judicial con Mauro Icardi y fue recibida por sus dos nenas con un camino de flores, velas encendidas y carteles hechos a mano que rezaban “Te amamos, má”. El contraste con la desobediencia del futbolista, que el fin de semana rompió las pautas de la revinculación, profundizó la emoción del reencuentro.

La escena duró menos de un minuto, pero encapsuló todo lo que Wanda Nara necesitaba tras 48 horas de desgaste público. Eran las 22 del lunes cuando la empresaria abrió la puerta de su casa en el Chateau Libertador, sacó el celular e inmortalizó un corredor de pétalos rosados, velitas y carteles infantiles. El primero, pegado a la hoja de madera, decía: “Seguí la flecha”. Debajo, un corazón y la sentencia definitiva: “Te amamos, ma”.

Con la voz quebrada, la conductora murmuró “voy a llorar”, siguió el sendero y encontró a Isabella y Francesca, las dos hijas que tiene con Mauro Icardi. Hubo abrazos, selfies, otra catarata de cartelitos (“Bienvenida, mami”) y, pocos minutos después, la foto familiar completa con Valentino, Constantino y Benedicto, los tres varones que tuvo con Maxi López.

“Soy la mamá más afortunada”, escribió Wanda en Instagram, contraponiendo la intimidad hogareña con el vendaval mediático que la acompañó desde su salida hacia Brasil.

Del videoclip en Río al escándalo en Nordelta

La empresaria había pasado cinco días en Búzios, donde grabó escenas para un videoclip de cumbia. El viaje coincidía con una nueva instancia de revinculación fijada por el Ministerio Público Tutelar: Icardi debía pasar la tarde del sábado a solas con las nenas para recomponer el lazo paterno. Sin embargo, el delantero desoyó la resolución: organizó una merienda con quince personas y permitió la presencia de su pareja, Eugenia “la China” Suárez.

La filtración de esas imágenes cambió la agenda de Wanda. Canceló compromisos, tomó un vuelo de urgencia y, al llegar a Ezeiza, aseguró ante las cámaras de LAM que el incumplimiento era “una falta de respeto al trabajo de los profesionales y, sobre todo, al sentimiento de mis hijas”.

La respuesta silenciosa de las nenas

Ese contexto convierte el gesto de las chicas en algo más que una ocurrencia infantil: funciona como refugio emocional. Según fuentes cercanas, Isabella (7) e Francesca (9) habían preparado la sorpresa con ayuda de su abuela Nora Colosimo. Pétalos de rosa provenientes del jardín, velitas de té distribuidas cada medio metro y hojas arrancadas de un cuaderno escolar. Todo sencillo, todo elocuente.

Wanda lo entendió de inmediato. “Tenían planes y se frustraron”, había declarado unas horas antes. La bienvenida casera devolvía algo de luz a una jornada dominada por abogados y tutores.

Qué puede pasar con la revinculación

El equipo interdisciplinario del MPT analiza si el incumplimiento implica suspender temporalmente las visitas. “Podría haber sanciones económicas, pero la medida más drástica sería frenar los encuentros hasta nuevo aviso”, explica una fuente judicial. En caso de que Icardi insista en desconocer las condiciones, el organismo podría convocar a audiencia y revisar todo el régimen.

Wanda, por su parte, busca bajar la exposición. Desde su entorno deslizan que no iniciará nuevas acciones: “Quiere salir del círculo y enfocarse en el bienestar de los chicos”. La tarde del martes la encontró en casa, entre deberes escolares y planificación de la semana debut de Bake Off Ucrania, donde oficiará como conductora.

Un papel, un corazón y lo esencial

Mientras la polémica sigue girando y los tiempos de la Justicia tutelar se extienden, la postal permanece en redes: una flecha dibujada a birome, pétalos, velas. Dos nenas convencidas de que el amor —a veces— cabe en una hoja A4.

En ese fotograma no hay influencers, contratos ni audiencias. Solo un mensaje que atravesó las turbulencias de la paternidad rota y la fama planetaria: “Te amamos, ma”.