Tras meses de fotos furtivas y versiones cruzadas, Rocío Oliva habló ante las cámaras a la salida de un restaurante porteño y admitió su noviazgo con Néstor Ortigoza. Aseguró que el exfutbolista “es un romántico y un caballero” y negó, por ahora, planes de boda. El exdeportista afronta una causa por violencia de género iniciada por su exmujer.
Rocío Oliva decidió poner fin al juego del gato y el ratón con la prensa. A la salida de una cena en Balvanera, la periodista deportiva se detuvo ante el móvil de Infama y, por primera vez, confirmó lo que se venía insinuando desde fines de 2024: mantiene una relación sentimental con Néstor Ortigoza, ex capitán de San Lorenzo y uno de los referentes del fútbol argentino de la última década.
“Estoy bien, muy feliz”, arrancó Oliva, mientras Ortigoza la esperaba unos metros más atrás, sin intención de esconderse. “Él es un romántico, un caballero. A veces uno cree que el amor está perdido y aparece la persona adecuada”, añadió, con una sonrisa que contrastó con la discreción que había mantenido hasta ahora.
En sus manos destacaban dos anillos que desataron la inevitable pregunta sobre un posible compromiso. Oliva fue tajante: “Uno me lo regalaron mis padres hace muchos años y el otro es mío. Por ahora no hay boda, estamos de novios, conociéndonos”.
De los rumores a la confirmación
Los indicios comenzaron en septiembre del año pasado, cuando ambos fueron vistos muy cerca en un boliche de Costanera. En diciembre, un video de un beso apasionado selló la sospecha de que la amistad había mutado en romance. En enero, Oliva publicó en Instagram la foto de sus manos entrelazadas con la frase: “Este 2025 es nuestro”. Aquella postal alimentó versiones de casamiento que la protagonista se encargó ahora de desactivar.
La pareja ya no oculta sus salidas: fueron fotografiados en Rosario, cenaron en Puerto Madero y el fin de semana pasado recorrieron juntos un shopping del Gran Buenos Aires. Esa exposición generó reacciones dispares entre los seguidores de la ex de Maradona y los hinchas de San Lorenzo, club donde Ortigoza fue ídolo.
La sombra judicial
Mientras disfruta de su nueva etapa afectiva, Ortigoza enfrenta una denuncia por violencia de género presentada en noviembre de 2024 por su expareja, Lucila Cassiau, ante la UFI 3 de Ezeiza. La causa incluye acusaciones de agresiones físicas y psicológicas presuntamente ocurridas desde 2015; la investigación sigue abierta. Además, Cassiau lo demandó por incumplimiento de la cuota alimentaria de sus hijos. En octubre, sus abogados pidieron la detención del exfutbolista, pero el juez rechazó la medida.
Consultada sobre los procesos judiciales, Oliva evitó la confrontación: “Son temas privados que él está resolviendo con sus abogados. Yo confío en la Justicia y en la persona que tengo al lado”.
Un nuevo capítulo
A los 34 años y tras la mediática relación con Diego Maradona, Oliva afirma sentirse “en paz”. Para Ortigoza, a los 40 y retirado del fútbol profesional, el romance coincide con el desafío de rearmar su imagen pública.
“Volví a confiar en el amor”, sintetizó ella antes de subir al auto donde la esperaba el exfutbolista. Sin boda a la vista —al menos por ahora—, la pareja eligió dejar de esconderse. En un entorno al que le sobran cámaras y le faltan secretos, Oliva y Ortigoza parecen dispuestos a pedalear juntos el camino que acaban de blanquear.