El pedófilo más peligroso de Argentina utilizaba una impresora 3D para fabricar un robot sexual de un niño. Investigan si lo comercializaban.
El martes último, un técnico electrónico de 37 años, vecino de Ituzaingó, fue arrestado bajo la acusación de compartir cerca de 110 mil imágenes de abuso de menores a través de diversas redes desde su PC visiblemente sucia de polvo y migas. Había sido detectado a través del sistema Child Protection System, basado en una ONG estadounidense, que había dado la alerta a las autoridades argentinas.
Decir que el acusado es el mayor pedófilo argentino en internet no es un eufemismo o una fórmula de venta: el sistema del CPS, que registra volúmenes de envíos de usuarios en sus direcciones IP, lo ubicaba en la cima del ranking nacional. Entre las imágenes que el hombre -que trabaja para una empresa de Moreno que se dedica al diagnóstico por imágenes- descargaba y compartía se encontraron escenas de violaciones a niñas y niños cometidos por adultos: las víctimas, en esas fotos y videos, tienen de dos a diez años de edad.
Su casa fue allanada por la Policía Bonaerense, bajo órdenes de la UFI N°5 de Morón a cargo de Claudio Oviedo y Marisa Monti -con la ayudante fiscal Mariana Solizábal, más el trabajo del Departamento de Cibercrimen de Pergamino de José Cifuentes-, luego de varios seguimientos y filmaciones encubiertas. Encontraron que no vivía solo: convivía con, al menos, un sobrino, que hoy es supervisado por autoridades municipales para determinar su bienestar. También, hallaron un cajón con cinco paquetes de preservativo y una serie de penes de plástico.
Dentro de un placard, encontraron otros seis muñecos altamente realistas, tanto de bebés como de niños de dos años, completamente vestidos, incluso con abrigos de invierno. Luego, los investigadores hallaron otro muñeco incompleto, separado por partes, con un cuerpo que asemeja al de un niño de ocho años, vestido con ropa colorida.
El fiscal Oviedo sospecha que el pedófilo fabricaba el muñeco con una impresora 3D que fue hallada en su habitación. El material de las partes del robot es idéntico al utilizado en los penes de plástico. El técnico electrónico se negó a declarar al ser indagado el martes último. Ahora, la imputación puede cambiar. Fue acusado por el fiscal Oviedo de distribución y tenencia de material de abuso sexual infantil. Ahora, se investiga si se dedicaba o no al comercio de estos objetos.