El operativo se inició cuando vecinos alertaron al 911 por ruidos sobre las chapas. Policías de la Patrulla de Aproximación Comunitaria identificaron al sospechoso con un reloj, un perfume y dinero que habrían sido sustraídos minutos antes. La fiscalía lo dejó en libertad mientras avanza la causa por hurto.
Eran las 22:40 del domingo cuando un llamado al 911 rompió la calma del barrio céntrico de Villa Mercedes. Del otro lado de la línea, un vecino de la cuadra de calle Salta al 100 describía pasos apresurados sobre las chapas: “Hay gente corriendo por los techos; se escuchan golpes”. La operadora derivó la alarma a la División Patrulla de Aproximación Comunitaria (PAC) y en menos de tres minutos dos móviles arribaron al lugar, sin sirena para no alertar a los intrusos.
El rastreo en los techos
Los efectivos treparon a la terraza de una vivienda lindera y alcanzaron a ver dos siluetas que saltaban hacia la medianera trasera. Al verse descubiertos, los intrusos se dividieron: uno logró perderse entre los patios internos; el otro, un muchacho de 24 años, saltó a la vereda y comenzó a correr por calle Salta rumbo a Pringles.
Allí se inició una breve persecución pedestre. El sospechoso dobló hacia San Martín, intentó mezclarse entre los pocos transeúntes que volvían de un domingo templado y terminó reducido a la altura de 9 de Julio. La secuencia duró menos de 400 metros, suficiente para que la central del 911 cerrara el perímetro con otro patrullero y cortara el tránsito.
Qué llevaba encima
Al cachearlo, los agentes hallaron en sus bolsillos:
Un reloj pulsera marca Casio, modelo retro.
$12 300 en billetes de baja denominación.
Un frasco de perfume importado (frontal del envase roto).
Todos los elementos coincidían con el faltante que minutos después denunció la propietaria de la casa violentada en calle Salta: una docente jubilada de 62 años que vive sola.
“El intruso forzó la banderola del baño con una barreta y entró mientras yo miraba televisión. Cuando lo escuché saltar al techo llamé a la Policía; todo pasó muy rápido”, contó la mujer en su primera declaración.
Delito calificado como hurto simple
El fiscal de Instrucción N.º 3, José Olguín, calificó el episodio —en principio— como hurto simple (art. 162 del Código Penal). No hubo uso de armas ni agresión a personas, lo que descarta la figura de robo calificado. Tampoco se constató violencia sobre la cerradura principal; el ingreso fue por la ventana del sanitario, de aluminio liviano.
Tras la notificación de derechos y garantías, Olguín ordenó:
Secuestro de los objetos recuperados para futura restitución.
Toma de huellas del detenido y su ficha prontuarial.
Identificación y libertad ambulatoria porque el delito permite excarcelación, siempre que el imputado fije domicilio y se presente cuando sea citado.
El joven —cuyo apellido se reserva hasta la elevación de la causa— no registra antecedentes penales, según informó la Seccional 8.ª. Sin embargo, quedó bajo la lupa: si el fiscal comprobara participación en otros robos de la zona, podría variar la imputación y pedir medidas más severas.
Vecinos en alerta
El episodio reavivó el debate sobre la seguridad en el casco histórico mercedino. En esa misma cuadra, comerciantes recuerdan al menos tres robos con la misma modalidad en los últimos seis meses: ingreso por techos durante fines de semana, sustracción de pequeños bienes de fácil salida y fuga a pie.
Desde la Unidad Regional de Orden Público 2 señalaron que en abril reforzaron el patrullaje nocturno con binomios de la PAC precisamente para disuadir este tipo de incursiones. Aun así, la recomendación vuelve a ser la misma:
“Avisar de inmediato al 911 ante cualquier movimiento extraño en techos o patios internos. El tiempo de reacción es clave para capturar a los autores en flagrancia”, subrayó un vocero de la fuerza.
Lo que sigue
La investigación continúa con el relevamiento de cámaras privadas —al menos dos viviendas y un local comercial poseen domos que apuntan al trayecto de fuga— y la búsqueda del segundo sospechoso, que escapó por la parte posterior de la manzana.
La dueña de casa, en tanto, recuperó su reloj y el perfume, y agradeció “la rapidez de los muchachos de la PAC”. Los $12 000 quedarán en cadena de custodia hasta que finalice la causa.
Entre tanto, el joven demorado deberá presentarse cada quince días a firmar un acta de comparecencia. Si vuelve a ser sorprendido en otro hecho, la excarcelación que obtuvo este lunes podría esfumarse tan rápido como su carrera por los techos del centro mercedino.