Los próximos días y horas serán clave para saber si el segundo cuatrimestre en la UNSL tendrá continuidad de clases.
Los próximos días y horas serán clave para saber si el segundo cuatrimestre en la UNSL tendrá continuidad de clases. La Asociación de Docentes Universitarios (ADU) realizará asambleas en distintos edificios de la casa de estudios y de acuerdo a lo que definan en esos encuentros, el lunes enviarán su decisión a su federación CONADU Histórica. Al día siguiente el Frente Sindical de Universidades Nacionales tendrá un encuentro final. El descontento es claro y el paro sería la forma de expresarlo.
El cronograma difundido en redes sociales del gremio indica que los representantes mantendrán este jueves encuentros en la Escuela Normal Mixta, el Jardín Maternal de la universidad, mientras que el viernes se reunirán en Laboratorio de Electrónica del Rectorado y en el Aula de Barranca Colorada, en la Facultad de Turismo y Urbanismo de Villa de Merlo. A su vez, hay reuniones a confirmar en el Bloque II de la sede de la capital y el “barco”, tradicional edificio de Chacabuco y Pedernera.
El secretario adjunto del gremio, Diego Costa explicó que este miércoles concluyó, en horas de la tarde, un reunión del frente sindical nacional, con un próximo encuentro previsto para el próximo martes. El lunes los sindicatos llevarán “los mandatos” de las bases y el martes habría una definición de orden nacional.
Si bien Costa no participó del último encuentro intersindical, sí expresó algunas de las ideas que se barajan. “Sé que una parte de las federaciones piensa hacer paros escalonados, mientras que otros, plantean hacer algo contundente para la semana del 12 de agosto, con 48, 72 horas y hasta una semana sin clases. Y se venía conversando también la realización de una gran marcha nacional universitaria como se hizo el primer cuatrimestre”, detalló.
Tras el receso invernal, los humores parecen haber empeorado y el interés por profundizar las medidas de fuerza se ha incrementado. “Veníamos discutiendo desde principio de año con información de todo lo que estaba ocurriendo y todavía había muchos sectores que estaban con la expectativa a esperanza de que esto cambie para mejor”, describió.
Entre los temas que generan malestar está el impuesto a las ganancias para los profesores de mayor antigüedad y las dificultades de las categorías iniciales docentes para asumir inclusos los costos de vida básicos.
“Los salarios se nos han licuado porque han congelado la garantía salarial y esto ha hecho que las actualizaciones que fueron de 68 puntos para el conjunto de los cargos, para quienes recién se inician, han tenido valores mucho menores que no alcanzan ni siquiera el 24%”, agregó.
En este contexto, el reclamo salarial obtuvo un espaldarazo institucional, con la determinación del consejo superior de la UNSL de declarar “la emergencia salarial docente y no docente” la semana pasada.
Esta declaración se fundamentó en la retracción del poder adquisitivo del sector, la dilación del Congreso Nacional para tratar la emergencia presupuestaria y la falta de respuestas a los reclamos realizados ante el Ejecutivo Nacional.
“La declaración nos parece importante porque demuestra que el camino de la lucha y la unidad es el que permite obtener conquistas en un gobierno que no está dispuesto a dialogar”, opinó Costa, haciendo referencia a la masiva marcha universitaria del pasado 23 de abril, por el que las universidades pudieron acceder a mayores partidas presupuestarias para gastos de funcionamiento.
¿Se podrá repetir otra marcha de estas características para el segundo cuatrimestre? “Por supuesto que no son las mismas condiciones, porque esto sería netamente salarial pero está en peligro la continuidad del año académico. El sector docente y no docente no pueden asistir con haberes que están totalmente licuados y que no alcanzan para sostener el costo de vida”, concluyó.