Especialistas de San Luis Agua visitaron la Escuela Nº 204 “Maestro Nemesio Villegas” y dictaron una capacitación sobre maniobras de RCP, Heimlich y procedimientos ante picaduras de abejas, serpientes y alacranes. Los chicos practicaron con muñecos y despejaron dudas sobre los riesgos locales.
En pleno corazón de La Carolina, los alumnos de la Escuela Nº 204 “Maestro Nemesio Villegas” cambiaron por un rato los cuadernos por torniquetes y muñecos de entrenamiento. Técnicos de San Luis Agua llegaron hasta la histórica localidad minera para dictar una charla integral de primeros auxilios y prevención de accidentes vinculados con la fauna ponzoñosa de la región.
El encuentro se desarrolló en una de las aulas y comenzó con un repaso detallado de los animales que, por su veneno o su aguijón, pueden representar un riesgo serio: abejas, serpientes coral y yararás (ñata, grande y chica), arañas de rincón y viudas negras, y alacranes. Los especialistas explicaron cómo identificar cada especie, qué hacer —y qué no— si aparece en viviendas o patios, y los pasos clave frente a una picadura: mantener la calma, inmovilizar la zona afectada, no efectuar torniquetes caseros y trasladar al paciente al centro de salud más cercano.
Los chicos compartieron sus propias experiencias y admitieron que la serpiente coral es un avistamiento frecuente en la zona. A partir de allí surgieron preguntas sobre síntomas, tiempos de acción del veneno y disponibilidad de sueros antiofídicos, que los capacitadores respondieron con ejemplos concretos.
La segunda parte de la jornada se centró en primeros auxilios, con énfasis en Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y la maniobra de Heimlich ante obstrucción de vías aéreas. Usando torsos de entrenamiento y bajo la supervisión directa del personal de San Luis Agua, cada estudiante practicó la compresión torácica, la secuencia de chequeo de signos vitales y la posición de recuperación. También se mostraron técnicas básicas para contener hemorragias y actuar durante los primeros minutos de un accidente hasta la llegada de personal sanitario.
Al finalizar, los capacitadores entregaron material gráfico de consulta rápida y recordaron la importancia de llamar al 911 o al servicio de emergencias local ante cualquier incidente grave. Docentes y alumnos coincidieron en que la experiencia no sólo refuerza los contenidos escolares, sino que otorga herramientas concretas para enfrentar situaciones críticas en una región donde las distancias a un hospital pueden prolongar la respuesta médica.
Con las manos aún marcadas por los ejercicios de compresión, los chicos se despidieron repitiendo la regla que más sonó durante la mañana: “protegerse, pedir ayuda y actuar rápido”. Una lección que, gracias a la visita, ya no quedará solo en los apuntes.