La Subdirección de Derechos Humanos y la Procuraduría Penitenciaria provincial brindaron una capacitación a estudiantes de 5.º y 6.º año que combinó teoría y juegos participativos para visibilizar las consecuencias emocionales del hostigamiento escolar y ofrecer herramientas de respuesta.
CONCARÁN.— Con el aula convertida en un foro de debate y reflexión, los alumnos de los cursos superiores del Colegio N.º 27 “Eleodoro Lobos” dedicaron la mañana del miércoles a hablar de bullying, empatía y derechos. La actividad, impulsada por la Subdirección de Derechos Humanos del Gobierno provincial, reunió a unos setenta estudiantes de 5.º y 6.º año y puso el acento en cómo identificar a tiempo las distintas formas de acoso —presencial y digital— y, sobre todo, en qué hacer para cortarlo.
El encuentro estuvo a cargo de Javier Aguirre, subdirector de Derechos Humanos, y de la procuradora penitenciaria Belén Pereyra Sosa, quienes alternaron conceptos legales y psicológicos con dinámicas participativas. “No queríamos una charla unidireccional; buscamos que los chicos se reconozcan protagonistas de la prevención”, explicó Aguirre.
Para lograrlo recurrieron al juego “Ponte en su zapato”, una actividad de rol en la que los propios alumnos dramatizaron situaciones reales de hostigamiento. Cada grupo representó escenas típicas: burlas reiteradas por la apariencia física, aislamiento en redes sociales o difusión de fotos sin consentimiento. Tras cada representación se abrió un debate guiado, donde emergieron sentimientos de miedo, vergüenza y enojo tanto de víctimas como de espectadores. “Me di cuenta de que a veces reírse es ser parte del problema”, admitió un estudiante de 6.º B.
Además de la dimensión emocional, los disertantes aportaron el marco normativo que protege a los menores. Se recordaron la Ley Nacional 26.892 de Convivencia y las vías de denuncia anónima disponibles dentro y fuera de la escuela. “Entender los derechos humanos no es teoría abstracta: es saber que nadie tiene por qué soportar humillaciones”, subrayó Pereyra Sosa.
Otro eje fue la responsabilidad digital: se expusieron casos judiciales recientes por ciberacoso y se discutió la figura penal del grooming. Las autoridades entregaron material con teléfonos útiles, protocolos de actuación y consejos para padres y docentes.
“Queremos que esta jornada sea la primera de una serie, porque la construcción de entornos seguros es diaria”, adelantó la vicedirectora del establecimiento, Silvia Bosso, quien valoró el formato interactivo: “La participación hace que el mensaje cale más hondo”.
La iniciativa se enmarca en un programa provincial que recorrerá escuelas de las tres circunscripciones hasta fin de año. El objetivo es tejer redes de contención y capacitación entre estudiantes, docentes y familias, convencidos de que el bullying no se resuelve con sanciones aisladas sino con una comunidad que se haga cargo de la palabra y el cuidado mutuo.