Un joven de 19 años fue condenado a dos años de prisión en suspenso luego de ser hallado culpable del delito de abuso sexual simple. El hecho ocurrió en el cementerio de la Villa de Merlo, en agosto de 2023, y la víctima fue una compañera.

Según la acusación presentada por la fiscal de Instrucción Débora Roy Gitto, el 26 de agosto, alrededor de las 5:30 de la madrugada, un grupo de amigos se dirigió al cementerio de la localidad. Entre ellos se encontraba el acusado, quien le pidió a la víctima hablar a solas entre las tumbas. Durante esa conversación, el joven intentó besarla, pero ella se negó, explicando que tenía novio. Sin embargo, él insistió, la sujetó por los brazos y la besó a la fuerza, impidiéndole escapar.

El imputado fue representado legalmente por el abogado Leandro Bianchi. Durante el proceso, la jueza Sandra Piguillem impuso al condenado una serie de pautas de conducta orientadas a su reinserción social y a prevenir la repetición de hechos similares. Entre estas medidas se incluyen la obligación de fijar domicilio, mantener un trabajo estable y someterse a un tratamiento psicológico específico, enfocado en la revisión de conductas machistas y patrones de violencia.

Otro caso de violencia de género: un joven fue imputado por agredir a su expareja y desobedecer una orden judicial

Jonathan David Sosa fue imputado por los presuntos hechos de violencia ejercidos contra su expareja durante una relación de noviazgo que se extendió por casi dos años. Además, fue procesado por desobedecer una orden de restricción impuesta por la justicia.

La jueza de Garantía N° 4 de la Primera Circunscripción, Natalia Lazarte Otero, dio por formulados los cargos que la fiscal adjunta Mercedes García imputó a Sosa. Como medidas cautelares, la magistrada ordenó que el acusado firme el Libro de Fiscalía y le prohibió salir de la provincia por un plazo de dos meses. También deberá someterse a un tratamiento psicológico.

Los episodios de violencia fueron descritos como una escalada ascendente de maltrato, que incluyó insultos, amenazas y agresiones físicas. El primer incidente ocurrió el 24 de febrero, cuando Sosa confrontó a su expareja en la calle, la amenazó con divulgar un video íntimo y la acosó nuevamente momentos después.

El segundo hecho tuvo lugar el 19 de marzo, cuando la víctima fue interceptada por Sosa en la vía pública. Al recibir una negativa de retomar la relación, él la tomó por la fuerza y, al intentar ella llamar a la policía, él la golpeó en el rostro, provocando su caída.

La fiscal adjunta calificó provisoriamente los hechos como lesiones leves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género, amenazas simples, daño y desobediencia judicial, en perjuicio de la mujer y de la administración pública.