Javier Godoy, de 36 años, fue operado de urgencia en el Policlínico “Juan Domingo Perón” tras recibir una puñalada que le fracturó la tráquea. El agresor, un hombre de 34 años, fue arrestado mientras intentaba deshacerse del arma.

Un disturbio de madrugada terminó en un intento de homicidio a pocas cuadras de la Terminal de Ómnibus de Villa Mercedes. La secuencia empezó a las 0.40 del miércoles, cuando vecinos de Santiago del Estero al 300 llamaron al 911 para denunciar una pelea en la vía pública.

Cuando los móviles del Comando Radioeléctrico llegaron, encontraron a Javier Godoy gravemente herido: un cuchillo artesanal le había atravesado el cuello y perforado la tráquea. Estaba consciente, pero bañando de sangre el asfalto. Una ambulancia lo trasladó de inmediato al Policlínico “Juan Domingo Perón”, donde los cirujanos realizaron una traqueotomía de urgencia. El parte médico de esta mañana lo describe como “estado crítico, riesgo de vida”.

Mientras los médicos luchaban por salvarle la vida, los policías salieron tras el atacante. Un testigo apuntó hacia el sector de la Terminal; la descripción física —campera oscura, jeans y una gorra desgastada— fue clave. A tres cuadras, los efectivos vieron a un hombre arrojando un objeto metálico detrás de un baldío: era el cuchillo casero, todavía ensangrentado.

El sospechoso, de 34 años, quedó detenido y fue alojado en la Subcomisaría 24ª. La Fiscalía de Instrucción dispuso su incomunicación y lo imputará por “homicidio calificado en grado de tentativa”.

Aunque el motivo exacto de la agresión se investiga, fuentes policiales no descartan que se trate de una riña previa por problemas personales. Testigos mencionan “copas de más” y una discusión que escaló: un empujón, insultos y el filo que salió de la campera.

La escena del delito fue cercada para peritajes de Policía Científica. En el asfalto quedaron un charco de sangre, la gorra de Godoy y un par de zapatillas que alguien perdió en la corrida.

Mientras tanto, en el segundo piso del Policlínico, la familia del herido espera un parte alentador. La vida de Godoy pende de un hilo y depende de una traqueotomía que deberá soportar las próximas 48 horas, decisivas según los médicos.

En paralelo, el fiscal ordenó los exámenes toxicológicos y psicológicos al detenido, además de peritar el cuchillo para comparar la sangre hallada con la de la víctima. Si el cuadro de Godoy empeora, la calificación podría agravarse a homicidio.

La madrugada terminó con sirenas, un quirófano a contrarreloj y un detenido que tendrá que explicar por qué decidió empuñar un arma blanca y hundirla en el cuello de otro hombre.